domingo, octubre 22, 2006

El Privilegio de Atorar

En esta comedia de situaciones donde domina el absurdo, nuestros políticos han demostrado su poca pericia e inexperiencia. Fubolísticamente pasó algo inaudito: el madruguete se convirtió en autogol.
Atorar un presupuesto es un recurso de la baja política porque a fin de cuentas esos miles de pesos tienen la obligación administrativa de mover el entorno social de Jalisco.
Los presupuestos marcan la medida y delimitan la acción. Claro que detrás de cada peso hay intereses de por medios que van por el trofeo electorero.
Nuestra entidad tiene carencias serias en cuanto a equidad y mucho de lo que se pretende realizar parece un rompecabezas inconcluso.
La incapacidad de las partes –ejecutivo y legislativo- para planear a largo plazo hacen evidente que las negociaciones por reasignar parecen un juego de regateo propio de un tianguis.
Salvo contadas excepciones ni se ve desarrollo ni la solución a demandas de seguridad, agua, obras, servicios y todas aquellas cosas que hacen viable lo que hemos llamado la vida cotidiana.
Nuevamente sale a relucir aquella frase que me dijo en Pulso Informativo Josefina Vázquez Mota, la hoy ex secretaria de SEDESOL, cuando afirmó que al menos los políticos tienen la obligación de no estorbar.
La discusión por el tema de los dineros puede tardar meses en los tribunales y si la pelota se va a la cancha del Congreso local, todavía se vislumbra más complicado.
Ha sido más lamentable que muchos de los que hacen de la política su actividad han demostrado que les falta ejercicio y preparación.
En concreto el llamado Poder Legislativo en todas sus vertientes, colores y matices, tanto federal como local, se ha propuesto a jugar a la mexicana como los cangrejos. Por lo que se refiere al Ejecutivo la falta de generar acuerdos hacen que cada quien esté en su propio territorio con sus propias reglas y competencia.
A todo ese cúmulo de preparativos habría que anexarle, aún peor, la falta de responsabilidad de unos cuantos que vilmente se fueron de vacaciones cuando el trabajo más exigía su compromiso.
Después de este periodo de incongruencias, declaraciones, indecisiones, interpretaciones, acusaciones, me quedo con lo que me dijo un radioescucha: ¿Que no saben que lo que están manejando es nuestro dinero?
Si esto fuera una empresa entonces hablaríamos hasta de un fraude, delito que se caracteriza precisamente en el mal manejo del dinero de otro. Si el escenario fuera una Caja de Ahorro, entonces ni un rescate salvaría las finanzas.
El secreto de un hipódromo o cualquier juego de azar es que alguien gana porque los demás pierden.
Lo que sigue en esta comedia es demostrar de qué tamaño están dispuestos a poner a Jalisco en el concierto nacional. Es hora que en este partido se vean resultados satisfactorios.
El pronóstico nos lleva a la conclusión que mientras no se avance en la obligación de rendir cuentas, los políticos serán el hazme reír de la sociedad.

No hay comentarios.: