Las mujeres son más en cantidad y calidad. Son más que los hombres y piensan mejor; saben organizarse, usan los sentimientos y viven más años.
Entonces, ¿por qué el mundo lo dominan los hombres?
Si gobiernan bien nuestra casa y economía, la lógica dice que harían lo mismo en general.
Sin embargo algo hace que aún con más derechos y responsabilidades, ser mujer siga siendo un estigma que conlleva discriminación, negligencia y menosprecio.
Ya en Territorio Reportaje, cuando ese programa de divulgación científica estaba en la tele, unos especialistas del cerebro nos demostraron que hay diferencias entre el hombre y la mujer; no es que alguno sea mejor que el otro, simplemente no son iguales y pueden ser complementarios.
La mujer es el soporte del cuidado de los hijos, le da un toque de distinción a nuestro humanismo y siempre será mejor discutir algún tema con ellas.
Desde que en 1975, en México, se hizo oficial internacionalmente su día, el 8 de marzo, hay mejoras en cuanto al desarrollo de cada personalidad, pero aún se discuten los mismos temas que antes: equidad, responsabilidad conjunta, violencia.
En lo que va de este 2009, se han registrado casi 300 feminicidios en México, 76 de cada 100, en Estado de México, Sinaloa y Jalisco.
En una década, 10 mil mujeres mexicanas han muerto de manera violenta.
Los programas sociales han fallado.
Nuestras mujeres están aún en otra escala social y habría que preguntarse la razón.
En la evolución reciente prevalece la idea que el hombre debe ser mejor y el proveedor y en algunas mujeres hay un sentimiento de culpa por no atender la casa mientras estudia o trabaja.
Los índices marcan, por ejemplo, un aumento en el consumo de drogas, principalmente en mujeres.
Lo mismo sucede con casos como el SIDA, donde también se muestra incremento en mujeres.
La participación política de la mujer en México sigue en menor número comparado con otros países semejantes como España, Argentina, Chile o Brasil. Aún con Estados Unidos, el culpable de todos nuestros males –según Calderón-, también hay una considerable diferencia.
Nuevamente viene el por qué.
Viene otro 8 de marzo y nuevamente los discursos de mejores condiciones, más apoyo y demás retórica política.
Pero ya va siendo hora de exigir que todo ese parloteo llegue a la realidad.
Como sea, feliz día a todas.
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