jueves, abril 23, 2009

Penas y penares

Debería darnos pena como país tener un personaje como Elba Esther Gordillo al frente del SNTE durante veinte años. Más vergüenza tener presidentes que hemos votado democráticamente para que se agachen ante la presencia de esta mujer que ha sido un daño al país.

México, que siempre ha querido jugar entre los desarrollados, y se la pasa en esa línea del ser y no ser, no puede depender siempre de la capacidad de préstamos. Hemos ciclado las crisis con deudas aportando nuestros recursos y mano de obra.

Para que un país crezca, es necesario que invierta y no hay nada mejor que en la educación. Un país que prepara a su gente, la hace menos dependiente.

Esa lección de primaria no ha sido aplicada y somos analfabetas del equilibrio.

Que una dictadora como Elba Esther Gordillo lleve veinte años de retraso educativo, veinte años de corrupta, veinte años de robar recursos nuestros, veinte años de dominio, hacen que no seamos lo suficientemente capaces de ir adelante.

Con un promedio escolar de octavo grado, con un escandaloso rating de 3 libros per capita al año, con escuelas que se caen de viejas y maestros que sobreviven en dobles o triples turnos, no existe forma de salir adelante.

Somos muy hábiles para criticar y poner adjetivos y nos atrevemos a dictaminar que Cuba es comandada por una dictadura de 50 años; juzgamos a Fidel y lo tachamos. Ya quisiéramos siquiera estar a la altura de los niveles educativos de esa isla.

Somos contundentes para desmenuzar las carencias de un Hugo Chávez en Venezuela y lo ponemos como un ejemplo de lo mal que nos puede ir con alguien que busca reelegirse por todos los caminos. Puede dolernos, pero en estos veinte años, Venezuela ha crecido más en educación que nosotros.

Yo soy producto de escuelas públicas, desde el kínder hasta el día que me entregaron el título en la UNAM. Estuve en escuelas si servicios, pero en un sistema que me permitiera salir adelante con mis esfuerzos. Miles de mexicanos, millones, pudimos avanzar así.

Hoy no es posible cuando tenemos encargados de la SEP que le hacen reverencias a Elba Esther Gordillo. Una mujer fea no por su aspecto, sino por su forma de hacer las cosas. Un resquicio de ese pasado que hemos querido cambiar y no podemos.

De qué sirve que seamos los paladines de la democracia y nos insten a votar, cuando esos puestos clave del desarrollo están enlodados en la forma más vil de lo retrógrado.

Qué pena que tengamos veinte años soportando este tipo de personajes que lo único que han hecho es chuparse nuestro dinero y derrocharlo peor que cualquier delincuente. El cártel de Elba Esther Gordillo la convierte en una capo de la peor investidura. Y lo peor, es que gobiernos van y gobiernos vienen, y le abren paso a su reinado.

La maestra espuria no es un caso aislado; hay otros políticos vampiro que han chupado la sangre del país.

Nunca seremos nada cuando no seamos alguien en educación.

Veinte años de Elba Esther Gordillo y contando, vaya homenaje a una película de terror que parece interminable.

1 comentario:

Alvaro López dijo...

Mi estimado don Leonardo....

¿Cual tesis propones?
¿Existe algún tratado al que podamos hacer referencia?...

Porque no nos convocas a realizar un proyecto... si como comunidad no hacemos lo que nos toca... deberemos de seguir contando con personajes como la maestra.