martes, agosto 11, 2009

Más chuecos que derechos

El papel de las oficinas de Derechos Humanos ha quedado siempre como el lugar donde se defiende a los delincuentes. Yo trabajé en un programa de radio de la oficina de Derechos Humanos del D.F. de 1995 a 1997 y desde siempre fue un reto demostrar que no es ese el propósito. Han pasado muchos años y aún prevalece la idea en la mayoría de las personas.

Combatir el crimen organizado y además respetar los Derechos Humanos suena complicarse la existencia porque sabemos que los delincuentes no se andan con miramientos. Decapitar, degollar, mutilar, son algunas de las formas grotescas con que asesinan a sus víctimas. Hace poco pusieron la cabeza de una persona en un cofre de un auto. Ante ese hecho, cómo debe tratarse al delincuente que cometió aquello.

La queja de organismos internacionales, como ya lo reportamos aquí, es que en el combate al crimen organizado, militares y policías han abusado de su poder, han atentado Derechos Humanos y han generado víctimas inocentes.

Para Human Right Watch las violaciones a Derechos Humanos de las autoridades mexicanas son graves, como reporta el Informe 2009

El valiente Calderón se aventó la puntada de pedir que le demuestren que no se ha cubierto en su totalidad eso de los Derechos Humanos.

Inmediatamente Soberanes, el incómodo presidente de la CNDH reaccionó y puso ejemplos: “Citó como uno de los casos el de cuatro periodistas torturados por elementos del Ejército en Ciudad Juárez hace casi un año. "Esa recomendación la asigné ayer y ahí está. En unos días la pueden consultar, entones ahí no solo se vulneró la dignidad de los periodistas, sino la libertad de expresión. Ahí están las pruebas y los expedientes", reiteró”.

En Estados Unidos no se les llama Derechos Humanos sino Civiles y ejemplos también sobran de brutalidad policiaca. Allá se les pasa la mano con toda tranquilidad y en casos de guerra, hay evidencias que las poblaciones les va valiendo gorro en caso de bombardeos y detallitos de esos.

Normalmente no discuto con tontos ni necios, pero haré una excepción con Calderón. Le voy a dar una pequeña prueba de cómo –a veces- si se atenta contra los Derechos Humanos. Es el caso de Jacinta, la súper mujer que amagó, secuestró y maniató a seis policías. Parte de su increíble historia está aquí.

Que le quede claro a Calderón: defender Derechos Humanos no es defender delincuentes. A los delincuentes no hay que tratarlos con suavidad, sino con la fuerza necesaria y suficiente. Un Estado de Derecho no debe basarse en andar de Rambo matando a medio mundo de malos, pase lo que pase. Inventar delincuentes, violar mujeres, golpear niños, robar ancianos, sí son atentados a los Derechos Humanos y eso, han hecho algunos miembros del ejército y policías.

Le invito a ver al respecto la entreviste que hice en InterneTV Epicentro Informativo con Marivilia Carrasco, miembro de la organización Solidaridad Iberoamericana, para entender más esta eterna discusión del papel de los Derechos Humanos.ç

Sé que no es fácil de explicar y mucho menos de entender, pero un país moderno y democrático, sí defiende los Derechos Humanos de las víctimas y procura por la seguridad de todos. Pero anda de eso tiene que ver con tratar bien al delincuente. Son dos discusiones diferentes cuyos monólogos no nos llevarían a nada.

Calderón tiene ya las pruebas. Más le valdría responderlas.

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