jueves, noviembre 12, 2009

La porra te saluda

El abucheo de Calderón en la inauguración del nuevo estadio del equipo Santos y la marcha con gritos y pancartas de adhesión de lo que queda del SME y sindicatos participantes, pronuncian voces que no son escuchadas.

El gobierno en sus diversas vertientes se ha caracterizado últimamente en ser un elemento extraño a las necesidades de la sociedad. La piedra en el zapato. Prevalecen las políticas económicas donde el castigado es uno; siguen las tácticas dilatorias para abrir una empresa; pagamos por servicios que no tenemos o son deficientes; tenemos nuestro dinero en bancos que se preocupan más en cómo cobrarnos una comisión que en darnos un buen servicio; estamos endeudados con errores que ellos mismos, como autoridad, cometieron; se toman decisiones ajenas a nuestras necesidades.

Los trucos y chantajes mediáticos ya no dan para silenciar algunos clamores y lo peor que puede hacerse en este caso es tratar de ignorarlos.

Los grandes medios se han encargado de enseñarnos el lado bonito de las cosas.

Todos se ven felices, aplauden, vitorean.

De la marcha del SME se evidenciaron desmanes, pero no fue motivo de análisis que miles generaron un sonido de desacuerdo, sin provocar violencia.

Sí, muchos acarreados: muchos más haciendo bola; sí, un caos vial. Pero a final de cuentas hubo declaraciones de descontento por lo que se hace y cómo.

Ya también hay que oír a quienes indirectamente hablan de estados fallidos o al menos de funcionamiento errático.

Calderón no ha logrado -en estos cada vez más próximos tres años de su gobierno- acercar las fuerzas que desde su aún discutido triunfo, están separadas.

Lo que sí ha hecho es que grupos que sí le dieron su respaldo empiecen a ver que las cosas no son como se las prometieron.

Sus discursos de campaña de bajar el ISR y no pagar la tenencia, no son únicamente motivo de burla en las redes de la Internet, sino que marcan la pauta de un gobierno que carece de lo elemental.

El rumbo es hacia un quién sabe dónde remarcado con indicadores nacionales e internacionales que van a la baja.

Oficializar como decreto presidencial el fin de la recesión es otro de sus errores constantes.

A Calderón le falta diplomacia, tacto y política, siendo estas sus principales virtudes cuando se encaramó a ser el representante del PAN.

Clase media, empresarios grandes y pequeños, tampoco ya vitorean sus triunfos anunciados con toda gala.

Ocultar la realidad no necesariamente significa esconderla.

Calderón abucheado es la noticia, pero no por los gritos en su contra en un momento de felicidad. Es el mismo tono que recibió Díaz Ordaz en los Juegos Olímpicos del 68 o Miguel de la Madrid en la inauguración del Mundial del 86.

Es lo que nos queda. Repudiar en el momento oportuno.

Tal vez mediáticamente la mega marcha del SME y afines fue un fracaso, pero no lo fue más tarde cuando en el nuevo territorio de Santos, Calderón notó el saludo de la porra.

Por más que quieran hacernos sentir que no sucede nada o que lo que ocurre se va a solucionar o que vamos bien y no hay de qué preocuparnos, las voces silenciadas de antes hicieron resonar lo que verdaderamente pasa.

Y eso es desempleo, inseguridad, incertidumbre, falta de acuerdos, monólogos que juntos no dan diálogo. La crisis no siempre es por motivos de dinero.

A dos semanas y media de cumplir su primera mitad al frente del país, Calderón sintió en carne propia lo que muchos pensamos pero no tenemos estadio o calles dónde gritarlo

Efectivamente estamos al medio tiempo. Cambiar la táctica después del juego sería inútil.

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