La Mitad de Todo o Nada

Nunca he creído en la clasificación mundial que hace la FIFA que pone a nuestra selección entre las diez primera del mundo y tampoco me suena cierto que estemos en ese top ten del BID o FMI. Si con 40 millones de pobres fuéramos la décima economía ¿cómo estarán los demás?
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo acaba de dar otra clasificación. Ahí México está en los lugares cincuenta y Jalisco en el 13 nacional sin contar el rubro inseguridad y en 16 con ese apartado.
En entrevista con Pulso Informativo, el responsable de esos estudios, Luis Felipe López Calva, concluyó que la principal brecha a vencer es la desigualdad. Hay zonas cuyo desarrollo es equivalente al primer mundo y otras atrapadas en el inframundo. Para que esos municipios rezagados tengan el equilibrio óptimo se requieren hoy de cien años.
En ninguna de las dos tablas, la más alta y la más baja, aparecen municipios de Jalisco. Para López Calva eso significa que la inequidad en nuestra entidad no es tan abismal.
El desarrollo humano que implemento la ONU se basa en general en aspectos relacionados con educación, salud e ingreso. Durante años el país basó su estabilidad la protección con tres aspectos: el México social, el México nacionalista y el México de la clase media. Los ejemplos más evidentes son las escuelas públicas; los servicios de salud del ISSSTE, IMSS y secretaría de Salud; y el México nacionalista se creó para proteger a los empresarios que tuvieron acceso a medios de comunicación, bancos, turismo, transporte, servicios. El México de clase media se cimentó a través de la burocracia y sindicatos. Con todo, el sistema mexicano era el creador y productor de todo. Daba empleo, salud y educación, en esquemas aún vigentes. Sin embargo en medio de todos estos México hay otro que penetró con todos sus tentáculos. Me refiero a la corrupción.
Ahora supuestamente hay un nuevo México. Ese papá gobierno tiende a desaparecer por las políticas neoliberales y la globalización. Esto no es propio. Hoy Europa vive esa encrucijada.
La apertura de mercados trae sus consecuencias. Más delincuencia y desempleo. Al mundo que manda le conviene la mano de obra barata, informal e itinerante. Ya no hay la capacidad para dar trabajo y ofrecer prestaciones, jubilaciones y pensiones.
En esencia esa es la razón de las reformas estructurales que tanto pregona el gobierno y cuyas no aprobaciones –insiste- hacen que el desarrollo humano sea equivalente al de un país caribeño o que en economía nos supere India.
El dato es evidente. Si seguimos como vamos tardaremos más de cien años en tener un desarrollo humano que nos ponga en el top ten. Pero bastarían menos de veinte años en caer más.
Hoy en Jalisco y México estamos a la mitad del camino. A la mitad de todo o nada. Y no se ve quién lleve el rumbo.