miércoles, abril 09, 2008

Epicentro de Leonardo Schwebel

Como no queriendo, mientras se pone en la mesa la tan anunciada reforma energética, que no fue tan especial como se supuso (vea los documentos completos en el blog de Epicentro de la Información) aunque sí remarca la idea de capital privado (que curiosamente no llaman privatización), se dan a conocer este día miércoles dos indicadores que marcan la pauta del rumbo: una, que el FMI baja nuestro crecimiento 1 punto porcentual, que a nivel de empleos por ejemplo significaría 200 mil menos de tajo, y la otra, una inflación sin precedentes desde 1999.
En el simil del futbol, vamos perdiendo por goliza, estamos en el segundo tiempo y la estrategia es contratar mejores jugadores.
La forma de enfrentar y afrontar la situación no ha sido la adecuada y cuando un apostador pone su resto, corre el riego de perderlo todo.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que la economía mexicana crecerá este año en un 2%, un punto menos de lo que preveía en octubre pasado, debido a la ralentización económica que vive su vecino EU.
Así consta en el informe "Perspectivas Económicas Mundiales", que dio a conocer hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI), y en el que se atribuye para el conjunto de América Latina un crecimiento para este año del 4.4%.
Para toda la región, el Fondo ha elevado en una décima la previsión del crecimiento para el 2008, debido especialmente a la pujanza de países como Argentina, Perú y Brasil, que se han beneficiado del alza de los precios de las materias primas.
En el caso de México, el principal factor de influencia ha sido Estados Unidos, que este año podría entrar en una recesión que, de producirse, sería suave.

Como se aprecia en esta nota, se le da más pujanza -así dice- a otras economías similares a la nuestra y que nos retrasan para encontrar el camino adecuado.
Si bien la reforma no es tanta, sí recupera el espíritu salvador. Si es así, le faltó aquello que no debe y quedaría como algo que ni acaba de ser fuerte ni termina con las viejas riendas de PEMEX que tanto la han perjudicado.
Las movilizaciones por evitar la privatización tampoco generan certidumbre. No alcanzamos a medir las consecuencias de una polñitica timorata. El problema regresa a sus orígenes...salvarnos del declive depende de PEMEX....una película como de Pedro Infante que hemos visto tantas veces que ya hasta nos sabemos de memoria en qué acaba.

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