jueves, septiembre 25, 2008

Derecho a decidir

Epicentro de Leonardo Schwebel


MÉXICO D.F., 23 Sep. 08 / 03:07 pm (ACI).- El Arzobispo de Antequera-Oaxaca, Mons. José Luis Chávez Botello; y su Obispo Auxiliar, Mons. Oscar Campos Contreras, señalaron en un reciente comunicado que la crisis de violencia e inseguridad en el país se debe a la pérdida de valores en la sociedad mexicana.
En el texto titulado "Sin valores, perderemos la guerra", los prelados lamentan los últimos acontecimientos ocurridos en Morelia y Tijuana que han cobrado la
vida de varias personas; y explican que actualmente en México existe un "grave deterioro de los valores que son el cimiento de la convivencia social como la verdad, la honestidad, la responsabilidad y el servicio; es urgente rehacer y fortalecer dicho cimiento".
Asimismo destacan que "la guerra está perdida si la lucha contra la corrupción, la violencia y el crimen organizado no va de la mano con programas prácticos de educación general sobre estos valores básicos y con una profunda renovación de las instituciones que están llamadas a formar, a proteger y a guiar a la sociedad como la política, la educación, la economía", entre otros.
Finalmente subrayan que "ya no podemos esperar más; se trata de una emergencia social, de una tarea y una lucha que debemos asumir y afrontar todos a corto, a mediano y a largo plazo. No hay otro camino".

Esta noticia se une a otras argumentaciones que señalan que esos valores de la sociedad se pierden y por ende se genera violencia. Ya hay voces a favor de esto y el papel que juega la mujer en la sociedad actual. La mujer que trabaja -sostienen- descuida a sus hijos y de ahí se forma una cadena de problemas que inciden en violencia callejera y doméstica.
A esto lo llamamos cuando estaba al aire Desde el Epicentro de la Información como el Síndrome Susanita, la compañera de Mafalda.
No tiene nada de malo que una mujer opte por una vida hogareña, al cuidado de la casa y los hijos, como tampoco tendría nada de malo que una mujer prefiera combinar su desarrollo profesional con las actividades en casa.
Lo que no podemos aceptar es que esas opciones generen niños buenos o niños malos.
Una mujer (y también un hombre) que estudia y/o trabaja lo hace esencialmente por dos cosas: una, por necesidad; otra, por desarrollo profesional, con lo que cada persona tiene en su entorno como éxito.
Sin embargo sí es verdad que la misma sociedad no ha estado preparada para el cambio.
Persiste el sentimiento de culpa (que también es de los hombres) que no se le da la atención debida a los hijos. Es aquí cuando nos conformamos con aquello de más vale calidad que cantidad.
Pero nuestro sistema no está acorde a esos tiempos. Los horarios de clase son incompatibles con los de los trabajos ni con los trayectos.
Los estándares en los trabajos impiden que esa mujer no pueda acompañar a los hijos a sus festivales o a las juntas y se amplían los sentimientos de no cubrir cabalmente con lo que supuestamente es nuestro deber.
La crisis económica que sumerge al país impide que podamos destinar nuestro tiempo a la familia.
Llama por ejemplo la atención que los estadios de fútbol americano y de béisbol en Estados Unidos, casi siempre están llenos, a pesar que son juegos en horarios laborales. En lugares como esos las familias conviven.
Otro aspecto, donde la crisis también pega, es en las posibilidades de independencia. Los hijos se quedan en casa y aún casados, comparten un cuarto con los demás. Un chavo de 28 años (como lo hemos dicho en otros Epicentro de este Blog) no tiene el ingreso suficiente para empezar hacer una vida familiar y tiene que verselas negras para mantener a una esposa y un hijo con sólo un sueldo.
Las familias de antes, posiblemente de ese mismo chavo de 28, sus papá seguramente podía sostener una casa, una esposa, y más de un hijo.
En ese mismo caso, ese chavo de 28, seguramente su abuelo, podía sostener una casa, una esposa y más de 2 ó 3 hijos.
Con algo de suerte, ese papá y ese abuelo, tenían un empleo lo suficientemente remunerado y podían quedarse en esa labor hasta que se retiraran o se jubilaran.
Curiosamente en ese caso, ese chavo de 28, tiene mejor nivel de educación, es profesionista y titulado, algo que su papá y abuelo, no pudieron conseguir.
En este caso pero en el lado de la chava de 28, el rompimiento puede ser mayor. A diferencia de su madre, sí terminó su carrera y está titulada, y trabajando. Pero a diferencia de esa madre o esa abuela, tiene que dejar al hijo o a 2 hijos, al cuidado de alguien.
Diría que la parte fundamental de esto es el derecho que tiene esa mujer para decidir su destino. Esa es la ganancia de lo que llaman la lucha por lo femenino. Es un derecho propio ganado a través de años de lucha.
Pero también se defiende el derecho que tiene esa mujer a una vida en casa, con las responsabilidades del caso.
Culpar de la violencia a esos valores, es discriminar y sobre todo, no enfrentar el problema.
Sin embargo son cada vez más las voces que apoyan que los hijos requieren de más valores que pueden repercutir en la educación laica y en preservar valores que sólo son parte de una institución.
La llamada crisis de valores está emparentada con una crisis económica en la que no se ven como salir.
El anuncio de Bush que admite una crisis en Estados Unidos llevará a situaciones peores
http://www.jornada.unam.mx/2008/09/25/index.php?section=economia&article=025n1eco
El Estado mexicano como tal no ha garantizado la seguridad ni tampoco una vida económica estable.
El futuro será menos dinero, menos empleos y más violencia. Pero ninguna madre que esté en su hogar o trabajando, puede ser la culpable de lo que el gobierno no ha sabido hacer.

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