martes, octubre 14, 2008

Circo romano

Epicentro de Leonardo Schwebel

Tal como lo anticipamos en este Blog, el quiebre dolarístico vino por una acción sospechosista y de especulación.
Hoy sabemos que al menos Comercial Mexicana, Alfa, Grupo Industrial Saltillo y Cemex son algunas de las empresas nacionales que contribuyeron a la caída del peso, según autoridades financieras.
Pero o esas empresas tienen su versión de Harry Potter o alguien soltó la sopa antes.
Especular no es delito y lo único que podría reprochárseles a esas y otras empresas es cuando el acto se realiza a través de los mecanismos e instituciones diseñados para tal efecto.
Y ese es el asunto.
La crisis, como ya hemos venido demostrando en este Blog estaba más que anunciada y si el Banco de México se da por sorprendido, es que no saben hacer su trabajo.
Esto reconfirma lo que hemos argumentado: en México es un negocio estar en crisis.
Los que especulan, los que invierten, los que sacan y meten dólares, son aquellos que tienen los ingresos suficientes y la información necesaria.
Hacer caer la Bolsa y el peso es relativamente fácil. Simplemente hay que esperar el momento adecuado. Para ello las empresas se valen de toda clase de candados legales que les permite disponer de lo necesario. Lo que ellos buscan es ganar con la crisis. Ni siquiera dejar de perder.
Ante empresarios, Calderón dijo hoy 14 de octubre: "Sí, ya lo habíamos admitido, tendremos problemas en México (por la crisis financiera mundial) pero saldremos adelante. Estamos tomando las medidas correctas para afrontar la situación."
Lo que el gobierno va a realizar es una serie de acciones donde requiere de la complicidad del empresariado.
Sin embargo, echarle la culpa a algunos de ellos puede poner un foco rojo. Que empresario se avienta a apoyar a un gobierno que lo culpa.
Este quiebre apenas empieza.
Suena bien a la opinión pública, sedienta de venganza, ponerle uno que otro nombre para que al estilo del circo romano, se les juzgue y condene y que los leones se los coman.
Lo que no suena bien es que el gobierno se lave las manos y se haga martir y haga como que no sabía qué onda.
Si es que fueron sorprendidos, entonces no se dan cuenta de lo que pasa. Si la sorpresa es un recurso más, la gravedad es mayor.
Lo contamos aquí primero que nadie. Los Hummers modelo Chucky son una afrenta a la inteligencia, lo mismo que los recursos para las elecciones del próximo año y el sacarse de la manga una refinería.
El gobierno de Calderón se ha dado la tarea de ser el niño chismoso del salón. Culpa a todos de la inseguridad, que las acciones mismas del gobierno la aumentaron. Culpa al mundo de no generar empleos, cuando antes de la crisis financiera los números no daban. Ahora culpa a los empresarios de hundir el peso.
Antes que todo esto ocurriera, cuando el dólar andaba a la baja y el euro a la alza, muchas voces insistían que el peso estaba en peligro, pero peligro porque su real cotización debería ser menor a los 10 pesos, como ya nos habíamos acostumbrado a convertir.
En ese momento Hacienda fue claro y contundente: si bajamos el régimen peso-dólar, nos va ir peor.
Hoy no entiendo.
Ahora resulta que detener el peso de parte del gobierno, fue un error y abrir el peso, fue un error.
Es muy fácil culpar a los demás de las ineficiencias de uno.
El pueblo está herido y las palabras de Calderón surten efecto. Con la complicidad de los medios afines, el Presidente se erige como héroe.
Esta semana desaparecen del mercado dos medios. Uno local, nuevamente Nuevo Siglo sale del mercado y la publicación defeña Centro, también deja de circular. A eso súmele otros periódicos del interior. En Mochis pasó con uno.
El coliseo romano funciona y Calderón como emperador, da pan y circo. Ya viene a Guadalajara el MTV latino, sigue la pugna por Paolo en La Academia y los noticieros no se atreven a analizar la verdadera crisis: nuestro gobierno está metido en un hoyo.

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