lunes, octubre 06, 2008

Mi primera vez

Epicentro de la Información

El 6 de octubre de 1980 grabé mi primer reportaje para televisión. Hace hoy 28 años.
Aún estaba en la universidad, no llegaba a los 20 años y mi única experiencia en cámara habían sido las pélículas familiares de 8 mm de una cámara de mi Papá. Pero ya tenía experiencia haciendo boletines en el INDE (Instituto Nacional del Deporte), ya había coordinado la información internacional de la Universiada 1979 y había hecho mi servicio social en UNAM Acatlán en el departamento de información para investigadores. Ya había escrito un chorrotal de poemas, publicado un cuento, ya había pasado por el taller de cuento del INBA y ya había publicado en una revista un artículo como el conflicto en Irán.
Con esa experiencia llegué a Televisa. Primero a la XEW para escribir radionovelas pero sin pago y ya de camino al Metro Balderas, me animé a pedir chamba en la tele. Ahí, sin cita, me recibió Félix Cortés Camarillo, quien me puso a prueba con un reportaje difícil. "Algo complicado para este chamaquito que se cree reportero" -dijo-. Y sí, fue complicado.
Tenía que buscar a un señor que estaba hospitalizado en La Raza del IMSS porque le habían macheteado la mano.
Obviamente cuando llegué al hospital no coincidía ni el nombre ni el cuarto que me habían dado, pero pude saber otros datos: efectivamente le habían macheteado la mano pero gracias a la microcirugía, se la habían unido.
Sin embargo el señor había sido dado de alta y vivía en un pueblo de Veracruz.
Cuando llamé al señor Cortés, como todos le decían, me dijo es su clásico tono de jefe: "pues entonces no entras". Yo no tenía la culpa que lo dieron de alta y mi única opción era ir a quién sabe dónde de Veracruz.
Pero al colgar el teléfono público vi que un hombre con la mano vendada estaba a punto de abordar un taxi.
Corrí hacia él y con la voz propia de quien corre sin condición física, le pregunté si le habían macheteado la mano y se la habían pegado con cirugía. Me dijo que sí.
Efectivamente estaba dado de alta y se regresaba al pueblo de Veracruz y regresaría en 2 meses para revisarle la mano. Lo convencí quién sabe cómo que se quedara, que me dejara grabar la historia en televisión, como si fuera un experto. Sí lo logré.
Volví a llamarle al señor Cortés y sin explicarle el detalle de todo, le dije que encontré al señor pero que como iba a regresarse, tenía que grabarle ya el reportaje.
Me dijo que sí, que tenía cámara para el lunes. El lunes 6 de octubre de 1980. Era lunes 6 de octubre como hoy.
La cámara de TV profesional llegó tarde y el productor me dijo "espero que sepas lo que haces, porque es mi primer reportaje". Le contesté que sí, aunque también era mi primera vez.
Contacté a los doctores que le unieron la mano con cirugía microscópica y por ahí iba a irse la historia. Pero ya en la entrevista con el señor (cuyo nombre no recuerdo), le pregunté cómo logró llegar hasta La Raza desde un pueblo de Veracruz (que tampoco recuerdo) con su mano. Me explicó que estaba caminando, que andaba tomado, que lo asaltaron, que le machetearon la mano, que quedó dormido, desangrado. Puso su brazo sin mano envuelto en una camisa de manta propia de un campesino y empezó a buscar la mano. La encontró cerca de ahí tirada pero completa. La puso en una bolsa de plástico y se hizo pipí ahí. ¿Pipí? sí...con eso logró que la mano no se echara a perder, no se gangrenara. Con la mano sumergida en la pipí, después de un trayecto de 4 horas, llegó a La Raza. Gracias a eso, conservó la mano en condiciones y los especialistas lograron pegársela al brazo.
El señor Cortés y Virginia Lemaitre, que dirigían y conducían un programa que se llamaba Increíble! (número uno en rating de esa época) quedaron encantados con la historia. Unos meses después, el señor de la mano se presentó al estudio y ahí se veía cómo esa mano mochada y pegada, ya se movía. Un éxito que combinó la ciencia moderna de la microcirugía y el conocimiento ancestral de conservar la mano cortada en pipí para conservarla.
De ahí en adelante he vivido una vida dedicada a hacer reportajes, notas, historias.
Tan sólo con cámara de TV para programas como Increíble!, Fantástico Animal, Para Gente Grande, En Vivo, Reportaje, México Mágico, Mi Ciudad, Siglo XXI y otros más, debí realizar como 3 mil en un lapso de 5 años.
Ese productor (cuyo nombre tampoco recuerdo) que se inauguró conmigo con ese reportaje, después se fue a trabajar a una cadena hispana de Estados Unidos. Y yo ahora aquí en Guadalajara estoy en espera de un espacio para seguir esa trayectoria, ahora interrumpida.
Cuento eso el día que que la bolsa mexicana se fue para abajo y el dólar está a 12 pesos. Y la cuento porque recientemente ofrecí a una prestigiada universidad privada con un campus en Guadalajara, un curso especializado en reportaje para televisión, radio y la Internet. Lo cuento porque no sólo coincide con el lunes 6 de octubre, sino por la respuesta que me dio la encargada de la carrera de Comunicación: "Esta semana las autoridades de nuestro Campus anunciaron una política de austeridad como medida de precaución ante las posibles consecuencias de la crisis financiera de Estados Unidos. Es por ello que no habrá presupuesto para nuevos proyectos en el corto plazo".
Vaya, ahora tengo que ecaharle la culpa a Bush y su bushazo de no encontrar dónde seguir siendo un reportero.

No hay comentarios.: