lunes, marzo 23, 2009

Opacan nuestra inteligencia

Cuando se hace mucha alharaca a algo, corre el riesgo de venirse abajo. Jalisco es una vergüenza nacional por el afán de sus esquemas de gobierno de no cumplir con el compromiso de transparencia.

Desde que nació el Instituto hubo problemas entre lo que es una obligación y el cumplirla. Muchos creen que con subir documentos a la Internet es más que suficiente.

Como lo han hecho en Derechos Humanos, en el Instituto Electoral, el gobierno de Jalisco (ejecutivo-legislativo-judicial-municipal) pretende ahora sacar de la jugada –a su estilo- a Augusto Valencia, que ha trabajado en este organismo.

Como que aún no se entiende que tener un Instituto de Transparencia es para el ciudadano que exige rendición de cuentas y no sólo cuentas sin rendición.

Los partidos y otros organismos, han metido mano en el ITEI y han contribuido con Consejeros puestos a modo para buscar la manera de no hacer valer un derecho.

Lo que Epicentro Informativo expuso del Centro de Estudios de Gobierno, a través del maestro Germán Arias, es una muestra de cómo la información es ocultada.

Ahora están en juego el recurso de millones de pesos que en 2008 el gobierno de Jalisco no gastó, o gastó de más o bien no se sabe dónde quedó.

La cifra irregular es cercana a 10 mil millones.

La labor del ITEI en general y Augusto Valencia en particular, es importante; si bien su presidente puede tener protagonismo, es mejor la soberbia de no dejarse a la humildad de arrodillarse.

Ser incómodo se ha convertido en un delito, como si el ser dócil es la única forma de funcionar.

La consolidación de la transparencia lleva un proceso y el querer destituir a Valencia seguramente pondrá en duda la necesidad, cada vez más urgente, de saber qué se hace con los recursos, cómo se aplican y qué ganamos.

Este martes 24 de marzo es importante para el futuro de nuestra representatividad como ciudadanos frente a la transparencia que exigimos se respete y cumpla.

Se lleva a cabo las SESIÓN ORDINARIA DE CONSEJO donde seguramente se verá si es conveniente para unos que Valencia haga su trabajo que fue encomendado.

No quiero defender a Valencia ni señalar que es lo máximo o el único, pero sí se que hay consejeros (en particular uno) que tiene instrucciones precisas de echar abajo toda la labor.

Esa es la parte injusta si la decisión de acabar con Valencia se concreta y más si se le convence (y acepta) por un montón de dinero, como ya pasó en el Instituto Electoral.

El caso del error en el paso a desnivel de las Rosas, cuya mala construcción nos costó a nosotros entre 50 y 150 millones, no se ponen de acuerdo, es una afrenta a nuestra inteligencia.

Entre la obra, los errores y la reconstrucción (que también tuvo errores) se han gastado millones y los responsables están tan campantes, sin que nadie les exija nada.

Como eso hay ejemplos que sobran y el que gobierna no se ha dado cuenta que ser transparente no es moda, sino un requerimiento de un gobierno democrático.

Lo que se decida en el futuro del ITEI ya está hecho. El daño es irreversible y se avanza hacia atrás y así, el camino no llega a ningún lado. Lo peor es que los ciudadanos somos cómplices de este agravio.

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