Bolsa garantizada

Poco o nada se puede hacer cuando uno se gana el premio mayor o el Melate, y debe el monto de la bolsa. Es lo que les pasa a muchos políticos que deben hasta la camiseta con tal de haber sido los elegidos.

Normalmente juegan a ganar, aunque el empate no les viene mal y a la hora de la repartidera de regidurías, en el caso de los ayuntamientos, pues quedan más o menos satisfechos.

Los listados previos de las planillas de los candidatos del PAN y del PRI-PANAL (PRIANAL) a Guadalajara, confirman lo que ya sabemos: más que un trabajo ejecutivo, ligado a la sociedad, de lo que hablamos es de un centro local de empleo, donde no les va nada mal.

Un regidor en Guadalajara gana $ 56 mil 955  quincenales y en algunos periodos, más.

De ahí que hasta hijos de prominentes chupadores de presupuesto, se alistan para la próxima generación .

Nada mal para un trabajo poco exigente, fijo, sin rendir cuentas, con viajes al extranjero, fuero y sin cansarse mucho.

La alineación actual en Guadalajara muestra poca acción y protagonistas.

Unos hacen sombra, unos se hacen notar con una que otra alegata, otros ya trabajan para el candidato en turno, otros ya buscan reacomodos.

Los nuevos del PAN o PRIANAL en realidad cumplen el ordenamiento de SEMADES de reciclarse. Son basura ejecutiva que se dedica a acatar por necesidad o a oponerse por necedad. Y de ahí vienen los brincos

Nuevamente en ambos casos prevalece el chapulineo y el pago de cuotas. Ya ese tema le costó mucho a Vizcarra, pero nadie aprende la lección.

Recuerdo una persona (debo decirlo) pariente cercano, que luchó afanosamente por hacerse de un lugar medianón en un ayuntamiento mexiquense. Se sacó la Lotería al quedar a cargo de las licencias y con eso la hizo de por vida (o por lo menos un buen ratote).

Los tiempos no cambian por ahí y aunque nos exijan votar y pensarle bien, la verdad es que no hay a quién irle.

Todo suena a fantasía y trampolines. Es un macabro teatro donde todos tienen sus personajes ya definidos; sólo que en esta obra, sólo actúan los cercanos al director.

El ganador de la contienda debe pagar con creces las deudas políticas y armar sus equipos según las cuotas que amablemente destinó con tal de ser el bueno.

Ese es el precio de las buenas intenciones que se quedan en el camino.

Guadalajara es el botín principal de los ayuntamientos a votar en julio. No es pensarle bien, es sólo decidir quién se sacará el Melate.