jueves, abril 16, 2009

Obama-Calderón: happy day

Fox palmaditas presumió su química ranchera con Bush jr. y con eso una relación México y Estados Unidos como nunca. Se reunieron en el pequeño predio de Fox, que más tarde se convertiría en el palacio totalmente Marthita. Allí pasaron dos cosas que echaron a perder la cumbre: Bush jr. se quejó de su alergia al brócoli, principal producto de aquel ranchito foxiano y ese mismos día, Estados Unidos dio un primer bombardeó a Irak, lo que convirtió la reunión en explicar el entonces inexplicable ataque. La futura relación México-Estados Unidos, pasó a segundo término.

Con desaires de ambos lados y pésimos manejos diplomáticos, los 6 años de Fox y los 8 de Bush jr. acabaron por complicar ese matrimonio por conveniencia de camas separadas.

Al menos en la visita express de Obama todo salió bien.

Nadie reclamó, no hubo basura en las calles, el tránsito fluyó, no hubo insinuaciones incómodas y ni Obama quiso ser mejor que Calderón, ni Calderón se hizo el grandote. Tampoco Obama se vio con aires de superioridad y Calderón escondió sus complejos de inferioridad.

Tal como se anticipó en Epicentro Informativo, donde las notas de hoy son noticia mañana, hubo anuncios de Obama sobre fondos relacionados con el narcotráfico y reactivar la convención interamericana de control de armas. Atacar por el lado que más le dolería a los narcos: el dinero.

Calderón admitió su culpa por exportar mano de obra de lo que llamó los mejores de México: jóvenes, audaces, fuertes. Obama readmitió que Estados Unidos consume mucha droga y hace poco por combatirla internamente.

Calderón, igual que en Reino Unido, reafirmó que quiere convertirse en el Presidente Verde y ya vende al mundo la idea de un mundo comprometido con el medio ambiente. El discurso es agradable, comprable, aunque en donde no se aplica es en México, donde no damos una ni en separar la basura y continúan los incendios intencionales.

Para que esta nueva era funcione, hay asuntos que no se comentaron y que vale la pena revisar: Uno, México debe asegurar gobernabilidad con los diputados, de ahí reforzar la bancada panista que en esta legislatura ha sido opositora, necia y nula. Dos, México debe reavivar aquello de producir más petróleo y poner la refinería donde no cause problemas. Con algo hay que pagar la deuda. La tercera, que tiene que ver con la primera y segunda, es recaudar más impuestos. Como ya le dijo Carlos Ramírez Powell en Epicentro Informativo, serán de nuestros impuestos de donde venga para pagar el deudazo de 8o mil millones de dólares que Calderón trajo en su gira, y que será su herencia a sus hijos y nuestros hijos.

Como la recaudación es complicada, vendrá por el lado del consumo. Los nuevos diputados panistas –ligados con Calderón, no con Espino (el espinado )- será con IVA a alimentos, medicinas, energía, etc.

A cambio de eso, Estados Unidos se portará mejor con los migrantes, los pondrá en orden, será estricto con la exportación de armas, reforzará la seguridad en la frontera.

La nueva era Calderón-Obama le dará fuerza a la guerra mediática contra el crimen organizado a cambio de reformitas que permitan más impuestos y más apertura petrolera. México tiene que pagar con mano de obra (de lo mejor de México, nuevamente) y recursos naturales, el tener más seguridad y un blindaje contra la crisis para repartirla entre los afectados (los empresarios).

A ambos, Obama-Calderón les quedan 3 años 7 meses y 14 días juntos gobernando como vecinos.

Hoy todo les salió bien y se vieron felices y amigables. La nueva era, le llaman, aunque suena igual de vieja que siempre.

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