jueves, abril 16, 2009

Obama en México

Obama llega a México con acciones concretas contra el crimen organizado mexicano. Entre otras cosas, facultaría a su gobierno a incautar sus bienes. También, se dispone a sancionar penalmente a las empresas o personas estadounidenses que proporcionen armas, laven dinero o transporten drogas o dinero para las organizaciones criminales.

Los flujos de dinero de al menos tres cárteles de las drogas (Sinaloa, Zetas, Familia) se calculan entre 19 mil y 39 mil millones de dólares. El equivalente a cuatro refinerías.

Así, Obama declara una guerra financiera contra los narcos mexicanos; algo que podría dolerles más que emprender acciones suicidas como lo ha hecho Calderón con su batalla sin estrategia y con 10 mil muertos.

Estados Unidos admite su corresponsabilidad. De las 35 mil armas incautadas por México desde 2006, 90 por ciento provienen del país vecino.

George W. Grayson, un especialista estadounidense del College of William and Mary, autor de "Mexico's Struggle With 'Drugs and Thugs” señaló que estas acciones contra los flujos de dinero son más efectivas que una bala en el corazón.

Las sanciones incluirían bancos o empresas que comercian con los cárteles mexicanos.

Obama llega a México con un récord: en Estados Unidos hay casi 13 millones de mexicanos, casi 6 millones legales (aproximadamente el número de habitantes de una entidad nacional como Jalisco) y 7 millones, ilegales.

Pero entre México y Estados Unidos hay más. Una dependencia repartida que incluye más allá que narcos y comercio.

Calderón, quien habla más de lo de México a los corresponsales extranjeros que a los periodistas de aquí, ha cambiado repentinamente su discurso alentador. Dijo a la NBC que el futuro del país está en juego.

Obama también llega con un mensaje de riesgo.

Entre vecindades, patios traseros, enchiladas completas, anuncios de hamburguesas con enanos enmascarados, muros, México y al menos una gran parte de Estados Unidos, estamos ligados íntimamente. Ya es hora que en este matrimonio por conveniencia y camas separadas, haya un arreglo. Falta saber qué estamos dando a cambio.

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