Se busca héroe

Seabiscuit era un caballo rebelde, indomable, pequeño y medio feo, que descendía de un gran corredor. Esos genes y su mirada retadora le dieron al entrenador la esperanza de convertirlo en campeón. No fue fácil. Prácticamente le enseñaron a ser caballo. En 1938, cuando Estados Unidos se hundía en las consecuencias de la Gran Depresión, Seabiscuit y un caballo pura sangre, War Admiral, escenificaron una carrera memorable que vale la pena que vea.

En ese 1938, la economía estadounidense se colapsó de nuevo. La bolsa cayó un 50% entre agosto de 1937 y marzo de 1938.

Obvio decir que ese caballo destartalado ganó y que su ejemplo se expandió.

Cuando hay crisis, como la que ahora vivimos, estas historias reviven el ánimo.

En pleno desbarajuste de los dineros mundiales, viene la historia de ese piloto que tuvo que acuatizar en el río Hudson y que salvó a los pasajeros.

Ahora tenemos el caso del capitán Phillips, que fue rescatado de piratas del siglo XXI.

También hay que contar a Ángel Cabrera, el argentino que ganó el torneo más importante del mundo. Un hombre que pasó de la pobreza a la riqueza y que comenzó como cargador de palos y luego cady.

También surgen otras historias. Personajes como Evo Morales, presidente de Bolivia y su huelga de hambre para convocar elecciones que le permitan reelegirse. También está Fernando Lugo, presidente de Paraguay, quien admite la paternidad de un hijo que tuvo cuando era obispo.

En estos tiempos se corren diversos riesgos que asumen darle a la gente esperanzas de triunfo. La sociedad se vuelve más cercana a aquellos que –como nosotros- sale adelante a pesar de todo.

En otros años, la misma sociedad mexicana fue susceptible a melodramas como Nosotros los Pobres donde el mensaje, después del fin de la II Guerra Mundial, era que no hay mal que por bien no venga.

Entonces estar amolado y ganarle a los poderosos, se transforma en el consuelo de muchos.

A México le faltan esos héroes.

El ambiente actual nos muestra un derrotismo peligroso: Lorena Ochoa se va del gozo al pozo; el Tri, ya saben; y pues en general no damos una en nada relevante.

A los gobiernos eso les vale y procuran por sus beneficios. Y eso puede ser un daño irreversible. En otras crisis surgió Marcos y recientemente, hasta el propio López Obrador fue esa voz que muchos quisieron oír.

El país se ve envuelto en mentiras. El deudazo de Calderón del que tardaremos en recuperarnos, en la inoperancia de la tenencia, en una guerra que no acaba de organizarse con estrategia….y más cosas.

Los medios en general se han encargado de magnificar lo que pueden. Así ponen a Calderón como en nuevo Rambo o se conforman con rezarle a San Javier…Aguirre.

Por alguna de esas casualidades de la vida, si es que así quiere verlo, un día antes que Calderón tuvo que entrar por la puerta de atrás para tomar posesión, jugaron América vs. Chivas. Ahora que viene Obama, el clásico futbolero llama nuestra atención.

Entre actos heroicos y el populismo hay tenues diferencias para la sociedad.

Caer en ese populismo ramplón de Calderón se ha convertido en un peligro para México. Urge un héroe.