viernes, mayo 29, 2009

Narcocandidatos

Chelís en el PRI, Iridia Salazar en el PAN y la niñita en el PRD. Suenan bien y cumplen con lo necesario que uno buscaría: garra, talento, simpatía.

Pero el 5 de julio nadie va a votar por ellos porque no son los candidatos. Que esos personajes decidieron ya (con excepción de la niña perredista porque no tiene edad para votar) con todo respeto, nos vale absolutamente gorro.

En cambio no damos el lujo de tener en nuestro futuro a gente como Pancho Cachondo o Sodi, y cosas peores. Y sí, ellos sí tienen el poder.

Ya hemos insistido que estar en ese hueserío da buenos resultados en sueldo.

Por eso tampoco hay que irse con la finta del Gran Debate que pretenden Beatriz Paredes del PRI y Germán Martínez del PAN y si lo invitan, Jesús Ortega del PRD. Como show de elocuencia será interesante y hasta divertido. Y hasta Beatriz Paredes puede cantar como ya lo hizo en un programa local de Televisa Guadalajara.

Si nuestro futuro se resolviera con unas cuantas tocadas, pues sería bueno medir sus calidades histriónicas.

De las contiendas más intensas está la de Guadalajara. El que gane tendrá el honor de inaugurar los Juegos Panamericanos de 2011, que no es cosa menor (si es que Guadalajara realiza esa competencia deportiva, situación que menos de dos años, ya lo dudo).

Guadalajara le pondrá Jorge al niño porque ambos son Jorge: Jorge Aristóteles Sandoval del PRI-Nueva Alianza (35) y Jorge Salinas del PAN (37). Ambos son herederos políticos. Aristóteles de su papá que fue senador y otras linduras, y Salinas es hijo político de Ramírez Acuña, ex gobernador y ex secretario de Gobernación y ahora candidato a diputado federal.

Ambos llevan años en el Epicentro de la grilla en diversos cargos y luchas, y entre los dos hay esa dosis de modernidad antigua que se requiere ahora. Es decir, son chavos con costumbres viejas.

Ahora el Epicentro de la polémica está en la petición de hablar de drogas y someterse a pruebas como de antidoping. El pleito se pone bueno y estará delimitado por demostrar que no se tienen nexos con el narcotráfico.

Ese será la sazón de la próxima comidilla polaca: demostrar que no tienen que ver con el narco. Y muchos comprarán eso.

Como se puede ver, la situación gira en torno a lo que lo que no vamos a vivir.

Así que la decisión estará en sus figuras, sus photoshopazos, sus biografías ternuritas, sus logros en un cuadrilátero o en una cocina.

El michoacanarrcogate ha abierto otro capítulo, pero todavía falta lo mejor.

En los próximos días, muy pronto, digamos que antes del 5 de julio, el gobierno anunciará pomposamente que ha detenido al fugado Chapo Guzmán.

Se ha negociado directamente para que el Chapo suelte la sopa, ayude a vencer a otros grupos, con la condición que no sea extraditado a Estados Unidos.

Será el golpe mediático del año y aunque la propia PGR admite que el Chapo ya no tiene el poder de antes, se ganará en confianza y en otras cosas que busca el PAN.

A cambio de una especie de inmunidad disfrazada, el Chapo se compromete a soltar la sopa y dar santo y seña de cómo lo ayudaron diversos grupos y gobiernos del PRI y también terminará de sepultar cualquier nexo del PAN con Fox y Espino.

Con todo esto, Calderón pretende ser el próximo Niño Héroe con vítores y aplausos.

Así que ahora esa será la moda. Estar o no cerca del narco. El que demuestre su limpieza, tendrá las de ganar.

El escenario está puesto y así se orquestará lo que sigue.

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