martes, julio 21, 2009

Año de Hidalgo

En declaración para interneTV Epicentro Informativo, el próximo presidente municipal de Tlajomulco expuso que su equipo ejercerá especial vigilancia de las acciones de Tatengo, quien recientemente mandó comprar un terreno. Un caso más para este Año de Hidalgo (chin chin quien deje algo).

Alfaro también dijo que compartirá con los demás ganadores para que hagan algo similar. En cinco meses y cachito que quedan para que los nuevos asuman el cargo y los actuales se vayan, hay tiempo suficiente para saquear las arcas de los ayuntamientos.

Este largo periodo se conjunta con un pronóstico de ingobernabilidad que se verá más entre el ejecutivo jalisciense y los diputados locales, que entrarán en acción hasta febrero.

Los cuarenta de hoy serán 39 y ya se afilan las uñas para negociar ciertas componendas. La mayoría de nuestros diputados contendió en las elecciones y entre ganadores y perdedores hay cuentas por saldar.

Así por ejemplo, Alfaro tendrá que actuar como diputado pero reaccionar como presidente municipal a la hora de la repartición de los dineros.

Otros, como el perdedor Jorge Salinas, será más escrupuloso con aquello que mande el gobernador. Ya por lo pronto amagó con hacerle la vida complicada al Macrobús, tema que le interesa a Emilio González.

Otros como el ganador Aristóteles Sandoval, no tendrá vela en el entierro.

Tendrá que ser bueno para acordar con los diputados de su partido y más bueno para que los de la oposición le den visto bueno a algunas ideas como las del peleado tren suburbano.

Los que llevan una cierta ventaja son los diputados federales triunfadores, ya que a ellos les toca probar el pastel presupuestal del gobierno en septiembre y ahí sí los tiempos concuerdan.

Esperar tanto para que se pongan a trabajar presidentes y diputados lo único que provoca es ingobernabilidad.

Es necesario replantear este lapso ya que lo único que genera es incertidumbre y abre las puertas para que muchos de los 125 municipios hagan y deshagan a su antojo.

Por el momento algunas obras quedarán inconclusas y los que aseguran hueso próximo estará pensando en ello y los que se quedan fuera, buscarán asegurarse un futuro que les permita sobrevivir el desempleo.

Los amolados en todo este trueque -llamado transición- somos nosotros.

En los primeros meses habrá cacería de brujas, despidos masivos y de aquí a que los nuevos funcionarios empiecen a analizar los temas importantes, pasarán meses.

Arturo Zamora me contó en Epicentro Informativo radio una historia que vale como ejemplo. Como candidato a gobernar Zapopan tuvo contacto con una escuela que ayuda a niños con discapacidad mental. Prometió ayuda municipal y así se hizo durante sus tres años. Al entrar Sánchez Aldana, ese apoyo se canceló y la escuela se quedó sin recursos. Ahora que entre Vielma veremos qué programas sociales –si es que hay- continúan.

Es otro de los puntos a poner en alguna mesa de análisis. No hay continuidad en lo que se refiere a obras y otros asuntos que nos conciernen.

Este cuento ya lo sabemos de memoria: los que están dejan las cajas vacías y contratos comprometidos. Los nuevos tienen que hacer cuentas, revisar los que están en la nómina, saldar los compromisos de campaña, reorganizar y ponerse a ver qué hacen para que su gestión tenga resultados.

Si el cambio es entre partidos, como ahora, entonces la cosa se pone peor.

Urge una reforma que acorte tiempos y que permita movilidad presupuestal entre quienes se van y los que llegan. Corremos el riesgo de tres años perdidos en el limbo administrativo.

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