martes, julio 14, 2009

El arte de perder la guerra

Según Estrategia Militar, por Sūn Zǐ, de al menos 2 mil 500, años, hay tres formas en que un soberano puede llevar a la derrota a su ejército: “Si, ignorante de que el ejército no debería avanzar, ordena un avance; si, ignorante de los asuntos militares, interfiere en su administración; si, ignorante de los problemas del mando, interfiere en la dirección de la lucha”. Calderón ha cometido esos y otros errores de estrategia y su publicitada guerra, que no le dio votos pero sí lleva 12 mil víctimas, está en el punto de retroceso, antes que la masacre continúe.

Su principal aliado, el leal Ejército, se ha convertido en un enemigo, principalmente contra la población civil.

Ante el incremento de abusos de militares en contra de la población civil -los cuales promedian a diario una víctima- la Comisión Nacional de Derechos Humanos solicitó la revisión del fuero militar que da a los soldados el privilegio de ser enjuiciados únicamente por un tribunal castrense.

Los datos oficiales señalan un despliegue de 36 mil militares desde que Calderón asumió el poder en 2006.

A un promedio de 500 pesos por cada uno en comidas y hospedaje, nada más, este asuntito nos cuesta 18 millones diarios.

Human Right Watch secundó a la CNDH y pidió a través de una carta enviada al Departamento de Estado (donde despacha Hillary Clinton) no certificar a México en el tema en tanto los abusos cometidos por el Ejército.

Desde el 2000 al 2009 se han registrado 3 mil 460 quejas contra soldados.

Para colmo, desde abril, un mes después de que se incrementó el número de elementos policiales y militares en Ciudad Juárez, la oficina para la atención de quejas y denuncias del Operativo Conjunto recibió 623 denuncias por allanamiento, tortura y desaparición. Además la Comisión de Derechos Humanos de Chihuahua registra 50 casos de desaparición, tortura y asesinato. El Centro de Investigación y Solidaridad Obrera investiga 30 casos de desaparición forzada y homicidio.

En un período de 7 años hasta enero de 2009 han desertado l00 mil efectivos.

Hay el triple de desertores que de combatientes contra el crimen organizado.

Las recientes incursiones del crimen organizado, principalmente de La Familia michoacana, son para Calderón respuesta a su efectiva estrategia: "los criminales no lograrán intimidar al gobierno federal".

Y mientras nadie se intimida, crece la cantidad de muertos.

Aquí es la política Rambo: a los malos no se les convence, se le mata; no importa quien más salga afectado.

Sūn Zǐ sentencia: “Cuando las aguas torrenciales arrastran las piedras, es a causa de su impulso; cuando el vuelo de un halcón rompe el cuerpo de su presa, es a causa de su precisión. Así pues, el impulso de aquel experimentado en la guerra es aplastante, y su ataque extremadamente preciso”.

Con una legitimidad de su presidencia, Calderón se armó de valor para subir su popularidad. En términos reales lo ha conseguido. Tiene fama de valiente y entrón. Pero una cosa es mandar a la matanza a los suyos y tratar de desmantelar las estructuras de los malos, y otra muy diferente es que la cosa se haga bien.

No es menor que el senador Gustavo Madero, del PAN, considere que la estrategia debe ser revisada constantemente.

Más de Sūn Zǐ; “Aquellos que no conocen las condiciones de montañas y bosques, desfiladeros peligrosos, marismas y pantanos, no pueden dirigir la marcha de un ejército”.

Hay pocas formas de justificar una victoria y hay muchos pretextos para la derrota. Con un próximo Congreso en su contra, Calderón pierde cada día.

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