lunes, agosto 24, 2009

Influencia AHLNL

No es la primera ni la única vez que se ha equivocado al decir influencia en vez de influenza. Sí es la primera vez que le dice AHLNL y no H1N1. Pero ella no tiene la culpa. Ella no es la intrusa. Ella ha chupado como Chucky nuestra sangre y su película de terror ya forma parte de nuestra historia social y educativa. Elba Esther Gordillo merece nuestro repudio y burla.

Pero más terrorífico se ve a Calderón rindiéndole culto, como sus antecesores (Zedillo y Fox) lo hicieron, agachándose a los caprichos de esa mujer, que entre más mala, más risa nos da.

Elba Esther Gordillo cobra por plazas donde no trabaja y donde no ha hecho el examen de actualización; regala Hummers como regala chicles; tiene un partido político, Nueva Alianza, que sólo es un remedo de sus hechizos; mantiene en la nómina gubernamental a su yerno.

Los maestros fueron reprobados por burros y si bien no son todos, si son 3 de cada 4.

Efectivamente yo escribo y leo porque un maestro me enseñó. He tenido grandes, medianos y malos. Como en cualquier profesión, hay de todo. Yo siempre estuve en escuelas de gobierno, las oficiales y recuerdo particularmente uno que siempre llevo el mismo traje, seguramente porque era el único que traía. Por eso aún conservo la pluma que me regaló cuando salí de sexto de primaria, porque sé que para él esos detalles eran un premio máximo.

La mayoría de los maestros hacen milagros y lidian con niños y niñas, con padres de familia, con esquemas arcaicos, con enseñanza rudimentarias, con una burocracia que les traga el alma y el ánimo.

Por eso cuando veo a Elba Esther me da asco. Por eso cuando la oigo, sólo me burlo de su ignorancia.

Pero cuando veo a Calderón diciendo frente a ella que ya no hay tranzas, cuando veo a Lujambio lamerle los zapatos Prada a Elba Esther, ellos sí me dan pena.

Podemos calificar a los maestros de burros, ignorantes, tontos….ellos son parte de un sistema.

Podemos calificar de Chucky, horrorosa, a esa pobre que se cree maestra.

Pero a la hora de calificar a Calderón, sólo queda reprobar su insignificante actuación al frente de este país.

Decir que no hay tranzas frente a Elba Esther es decir que mereció ganar el Miss Universo.

Eso sí que da coraje y lo peor es que no pasa nada. Me moriré y esa mujer seguirá al frente del Sindicato.

Vea su casita que tiene en San Diego que presentamos hoy en interneTV Epicentro Informativo, para que cuando oiga a Calderón decir que ya no hay tranzas, se muerda la lengua.

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