Rechazados de la sociedad

Tiene razón el niño que anunciaba al Partido Verde: no pasamos de mother and father.
En los chorro mil días que llevo dando clases en universidades siempre me he preguntado cómo le hicieron algunos de los alumnos para sortear el difícil acceso del examen de admisión y cómo lograron ser de la minoría privilegiada que aparece en las listas. Me refiero a alumnos que a punto de terminar su carrera les falla la ortografía, la cultura general y les cuesta trabajo expresar una idea.
Nuestro sistema educativo se basa en estampitas. Ir a la papelería a comprar la figurita de Hidalgo, copiarla, pasarla en limpio y entregarla. Pero ya a la hora de preguntar en qué año nació el Padre de la Patria, como que todos se nos olvida; ya no digamos analizar cómo le hizo un cura de pueblo para organizar una revuelta nacional en un territorio dos veces más grande al actual.
No hay instituciones públicas del mundo que acepten al total de los solicitantes, ni fuerza educativa que soporte generaciones de este tipo. Sin embargo, de tan cotidiano, se nos olvida que cada año los principales universidades públicas del país rechazan (aunque los directivos prefieren decir “no admiten”) a 272 mil suspirantes en promedio.
Siendo optimistas en la cifra, anualmente hay 200 mil rechazados en una sociedad que consiente un sistema que lleva tiempo ineficiente.
Habría que explorar otras fórmulas. Por ejemplo, más bachilleratos técnicos, universidades obreras, cursos especializados en áreas prioritarias como medio ambiente, derechos humanos, tecnología, genética, salud.
Volvamos al niño verde: del total de alumnos universitarios en India, todos salen hablando inglés. Un sueño que para nosotros suena imposible. Es más fácil y hasta mejor pagado un experto en transcribir discursos en otro idioma, que un ingeniero con maestría.
A este país le faltan muchas cosas. Pero unas urgentes es especialistas en áreas sanitarias, en tecnología a gran escala o técnicos en robótica o sistemas. Sobran abogados, médicos, comunicólogos.
La OCDE hizo una evaluación en 36 países y México ocupa el lugar 31 en cuanto al porcentaje de su población, entre 25 y 34, años con educación superior. En el mismo lugar se encuentra el gasto por estudiante desde la primaria hasta la universidad, y ocupa el último sitio en el porcentaje de graduados con doctorado.
La respuesta a esta inequidad siempre va hacia el presupuesto.
Pero Pemex captó divisas durante el primer semestre de 2008 equivalentes a 11 veces el presupuesto de la UNAM
Aquí ni los llenos en el Auditorio o el Teatro Diana generan una sola aula.
En contraste, en un año la Universidad pública de Jalisco sólo pudo incrementar mil 500 lugares para el nivel superior, y de acuerdo con sus autoridades, un 10% en bachillerato. En total, 52 mil fueron rechazados en todos los niveles. Ellos caben en seis conciertos con capacidad total del Auditorio.
El 65 por ciento de quienes buscaron un lugar en las licenciaturas de la UdeG para el calendario 2009-B, fueron rechazados, pero esto no significa que la situación sea grave, según calificó quien en teoría preside el despacho principal de esa institución. Lo bueno es que ya tendrán equipo profesional de futbol para amainar el temporal.
El presidente del (des) empleo gastará 3 mil millones en una cédula de identidad donde seguramente habrá un renglón para poner: rechazado, admitido, licenciado en desempleo o profesionista vendedor de zapatos.
La educación no es un lujo sino una prioridad que de tan simple, a nadie le importa.

http://www.youtube.com/watch?v=JMgZnfB3H_I