martes, diciembre 01, 2009

Gabinetito en alerta

Más asesinatos y ejecuciones, reportes de caída de remesas y aumento del déficit y gasto, quejas por las vacunas contra influenza H1N1 del propio sector salud, caída en las encuestas de popularidad, así Calderón recibió (de gira) su tercer aniversario como Presidente de México.

Las propuestas de Calderón últimamente se han quedado en el cajón de las buenas intenciones y no ha alcanzado a reformular bien qué es lo que quiere de este país.

Su tono a veces conciliador y hasta motivador, se le cae ante la danza de indicadores nacionales e internacionales.

Como casi siempre pasa, y más después de un viaje, nos esperan sorpresas y seguramente vendrán en cambios drásticos de gabinete.

Por lo pronto debe analizar que sus tres secretarios de Gobernación (incluyendo a Mouriño) no han tomado las riendas de la política interna. En la externa, la debilidad de su secretaria de Relaciones Exteriores, es evidente.

Sobre su gabinete económico poco se puede hablar de algo positivo, y seguramente por ahí habrá enroques.

Su alineación base no alcanza a cuadrar con el sistema de juego, empezando porque no parece haber sistema de juego, pero además su banca es limitada y ya empiezan a circular versiones que tendrá que hacer uso de gobernadores.

El de Jalisco está en el reparto, aunque no imaginamos cuál sería su papel y si será protagónico o secundario.

El hombre fuerte de Calderón es Ernesto Cordero, su secretario de Desarrollo Social, y a través de él va a tratar de hacer un enramado que le permita una mejor ubicación en esta segunda mitad, si es que la completa.

A las voces del riesgo social se suma la del ya ex ministro de la SCJN, Genaro Góngora Pimentel, que a reserva de su dicho y del cómo lo dijo (“no se necesita una bola de cristal para saber lo que sucederá”) hay que recordar que este personaje estuvo ligado a los propios intereses de Calderón.

Así que lo que nos espera son cambios en el gabinete lo que será una señal de cómo serán las cosas en el próximo año.

Con esos nombres se bajará la tensión y atención, y volveremos a la rutina de oír que vamos bien, quién sabe a dónde, pero vamos bien.

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