Tal como anticipamos, los nuevos gobiernos municipales de la ZM de Guadalajara repiten los mismos esquemas: cacería de brujas, reubicación de cuotas y ordenamiento según sus intereses partidistas.
En esas escaramuzas se descubren viejas tranzas que lo único que provocan es desorientación e inmovilidad.
Tan sólo en Tonalá, este martes 5 de enero 20-10, Mural y Público reportan irregularidades por 400 y 250 millones.
En este cuento de nunca acabar, lo primero es lavarse las manos, después poner las piezas del ajedrez del hueso polaco, y si hay tiempo, ya ponerse a trabajar por los demás.
Estos primeros días del 20-10 por visitas familiares me tocó estar en Guadalajara y Zapopan.
Más que centros históricos, son grandes tianguis donde unos cuantos se reparten el botín. Sólo vi basura a mi alrededor, calles desmoronándose (conste que ambos lugares fueron remozados en las administraciones salientes) y no vi ningún policía.
Estacionamientos carísimos, productos hechos en China a la alza, restaurantes sin alguna medida sanitaria (como si no hubieran muerto
Yo vivo en una zona de guerra de Zapopan. Al cuarto para la hora se le ocurrió a alguien de Sánchez Aldana empezar a construir lo que no hicieron en tres años.
El resultado es que nada quedó completo y desde hace varios días ni quien trabaje en colocar los tubotes que están en la calle o a terminar de tapar los hoyos que en la noche no se ven.
Dicho de otra manera, no se ve intenciones inmediatas para corregir eso.
Ya estamos a día 5 y no veo cambio.
Siguen los problemas de tránsito, de recolección de basura, de inseguridad.
Mientras, los nuevos presidentes sólo reacomodan sus nóminas.
Ya va siendo hora del cambio o será lo de siempre, me temo.
Pobre Caperucita que aún cree que puede comerse al Lobo.
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