Piedritas y Piedrotas

Como primer obstáculo de gobernabilidad está la inseguridad. Esta calificación, elaborada por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, incluye la piratería, la economía interna, los sindicatos y la política tributaria.
Los principales catorce puntos titulados “Obstáculos en el desarrollo empresarial percibidos por las empresas” están directamente relacionados con el poco o nulo trabajo realizado durante el presente sexenio.
Por alguna razón tipo defensa personal, cuando a la hora de profundizar en el balance de un periodo que está por llegar a su fin, se tiende, como deporte nacional, culpar al anterior o en el mejor de los casos, compararse con el pasado inmediato.
Ni la inseguridad (robos, crímenes y secuestros) ni la piratería han disminuido lo suficiente como para generar un clima de confianza en aquellos que recae el empleo, primera gran promesa del futuro gobierno en turno.
Para el primer caso, el 94 por ciento de las empresas consultadas por el CEESP, lo apuntaron como obstáculo. Para el de la piratería, es de 84.
El combate a la inseguridad ha sido una decepción en la administración Fox. No solo no se apagaron, sino que están prendidos más focos rojos. El otro combate, el de la informalidad disfrazada de ilegalidad, ni siquiera recibió un rasguño.
Con esos retrasos, Vicente Fox es optimista en cuanto a sus resultados y pretende dejar el país en una bonomía que no nos toca a todos. Un estudio realizado por la analista financiera Claudia Luna Palencia, señala que el ingreso per capita durante estos casi seis años ni siquiera es perceptible porque no lega al 2 por ciento.
El tercer obstáculo está más que nunca entredicho. Los mismos empresarios califican a los sindicatos como su tercera piedra en el camino. Sin que se tomaran en cuenta en esta encuesta los casos del magisterio en Oaxaca o el caso de SICARTSA, el gobierno actual ha detenido muchas de sus acciones por temor a enfrentarse a esos emporios que están firmes en su poderío casi monárquico.
La insistencia convertida en ineficiencia de dejar a los otros la responsabilidad, ha sido un factor de rompimiento e incertidumbre. Ni se lograron las exigencias internacionales de las prometidas reformas estructurales, ni se actúo con firmeza –no dureza- con brotes de levantamientos. Como se apuntó en este espacio no solo se dejó que algunos con machetes decidieran no hacer un aeropuerto, sino que se tiró por la borda el pretendido Plan Puebla-Panamá, que durante el inicio de este gobierno fue una bandera de desarrollo.
A días de por fin terminar, Fox deja pendientes y dudas, que sí son directamente su responsabilidad.