viernes, agosto 24, 2007

Epicentro de Leonardo Schwebel

Tan inverosímiles como los relatos de náufragos de hace poco más de un año, así han resultado los primero logros de las nuevas etapas que estamos viviendo a nivel Jalisco y país.
Las promesas de los candidatos del empleo dan como resultado un desempleo de 3.95 por ciento en julio y una reducida baja en inversión extranjera para Jalisco.
Para el colmo, las expectativas del petróleo y remesas (principales recursos) también han decrecido.
Para los gobiernos local y federal más que nunca hay una necesidad de de que la anunciada Reforma Fiscal sirva de salvavidas a través de dos sustancias: mayor captación a los empresarios y un IVA disfrazado de CETU que impactará en nuestros bolsillos.
Me preguntaron hace poco en la emisión MEDIOS UDG NOTICIAS desde el Epicentro de la Información por Radio Universidad de Guadalajara (104.3 FM) quién era el “nosotros” que afirmaba eso.
El pretendido nuevo disfraz del IVA ha sido interpretado por diputados del PRD y PRI, así como por cúpulas empresariales.
Bajo esas circunstancias, su aplicación inmediata según propone Calderón o moderada, según las modificaciones planteadas por el PRI, tienen como determinante que los empresarios no van a generar más empleo con estas imposiciones. Así también el otro generador de empleo, el gobierno, no podría hacerlo ya que pretende aplicar las ganancias en su propio gasto. Para auto financiarse.
Bajo cualquiera de las premisas, los partidos, inclusive el PAN han señalado que las medidas solo son recaudatorias a corto plazo y modificables a largo. Dicho de otra manera, ni son un plan sexenal ni tampoco servirán para generar más empleo.
El empleo entonces continúa como promesa incumplida.
Los indicadores no han sido tan espectaculares como en otros años y la defensa que una economía sana se basa en saneamiento han reflejado que se gasta más en pagar que en invertir.
El país destina menos del 1 por ciento del PIB a generación de tecnología y ciencia.. Mientras esa cifra no cambie, México, Jalisco y todo lo que nos rodea en el territorio que usted y yo compartimos, nos ponen como consumidores o maquiladores, no como productores.
Quien invierte tiene la posibilidad de marcar las reglas. Quien sólo consume lo que otros hacen, tiene la desventaja de seguir los lineamientos.
Prometer empleo resultó fácil en las campañas y en la realidad ha sido eficiente para un grupo selecto. La aplicación de medidas que eleven el crecimiento no han sido ni útiles ni productivas.
Cuando en este lugar haya rendición de cuentas tal vez los mandatarios se dignen a contarnos una verdad. Por el momento la ficción y la mentira son parte del engaño. Un engaño del que todos hemos sido cómplices.

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