viernes, mayo 16, 2008

Mentadas y perricidios

Epicentro de Leonardo Schwebel.

Se ha minimizado que el presidente del PRI Jalisco, Javier Guízar, haya matado un perro. Él mismo ha declarado no sentirse arrepentido y que lo haría de nuevo porque vio el peligro que corría su hijo. Hay gente de los medios que este asunto les parece simple y hasta chistoso. Hay otros que han tomado el asunto como un atentado contra los derechos de los animales.
Sin entrar en detalles de uno y otro bando, el problema aquí es la respuesta que nuestros líderes políticos tienen ante un impulso y el saltarse olímpicamente las instituciones que curiosamente ellos representan.
Si a esas vamos, mentarle la madre a unos poquitos y darle 10 balazos a un perro, son minucias cuando estamos en debate petrolero, el narco se extiende matandondo a miles y los índices sociales y económicos van a la baja, mientras suben, eso sí, los precios.
El gobernador y el presidente del PRI Jalisco no supieron qué hacer ante un enojo. Las respuestas pueden ser magnificadas si tomamos como base que esos enojos fueron producto de temas que ellos mismos calificaron de insignificantes. Ante tanto problema que hay en el país, entonces, si seguimos la premisa, mentar la madre a unos poquitos y matar a un simple perro, no es para tanto.
Siguiendo la lógica, y dando por hecho que efectivamente es cosa menor mentar la madre a poquitos y matar a un perro, qué pasará entonces cuándo se enfrenten a un serio problema.
Vamos a pensar que no son poquitos, sino muchitos los que se manifiestan porque no tienen qué comer. Según el gobernador, serían 900 mil jaliscienses. Vamos, en el supuesto, que el PRI es blanco de ataques por asuntos que tienen que ver con actos de corrupción. Pensemos, en esta lógica, que esos sí son problemas mayores. Ante la tesis de los impulsos mal encaminados, pues ya no respondérían ni a mentadas ni a balazos....sino a algo mayor.
Qué será de nosotros cuando haya asuntos mayores, es la pregunta.
Efectivamente podemos sobrevivir en el mundo a unas cuantas mentadas y a un perro asesinado, pero lo que muchos no entienden, es que depositamos la confianza en quien sepa llevar a buen fin la política, y la política es el arte de negociar convivencias.
La política no se resuelve ni a mentadas ni a balazos, aunque sean por problemas menores o insignificantes.

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