Impunidad trasplantada

Epicentro de Leonardo Schwebel

El asunto de los trasplantes cobrados en el Hospital Civil de Guadalajara va a quedar como una amonestación administrativa. Una especie de gran regaño, donde seguramente el implicado principal va a quedar más como mártir. El problema no es si su especialidad lo hace único o los beneficios de salud de muchos pacientes. Un trasplante es una forma de asegurar vida a otros. pero una cosas es eso y otra muy diferente, el haber cobrado por esos servicios, más en un lugar tan prestigiado. cada vez más se sabe que esa práctica es desde hace años y que algunas autoridades debieron saberlo y si no, el caso de omisión es todavía más grave.
Bajo ninguna circunstancia, así se trate de la persona más rica del mundo, se debe cobrar por un trasplante.
Tampoco debe alterarse la lista de espera.
Y mucho de esto se debe a que el gobierno federal no enfrentó la polémica que en su momento se generó al convertir a todos en donadores ptenciales y no, como ahora, en donadores voluntarios.
Eso genera que siempre haya más pacientes que órganos. España es un ejemplo de cómo debió aplicarse ese programa de salud pública.
Tan sólo en trasplante de corneas, es más que sufciente con la cantidad de accidentes que se registran en el país. Ya para intervenciones más complicadas pueden influir una serie de varientes.
Aunque se niegue, este caso afecta la reputación del HC y no alienta a la donación, sobre todo porque el beneficiado económicamente al parecer fue sólo uno, aunque tenemos datos que hubo más.
La politización generada o la lucha por defender al especialista es justificada pero no justa.
No se debe lucrar con el dolor y la desgracias y mucho menos aprovecharse de eso. Si a esas vamos, entonces abramos el mercado de órganos, y todos contentos.
Advertimos que no habrá castigo ejemplar y que muchos involucrados estarán libres. Lo que que no se puede permitir es que esto quede impune.
Nadie aqui es juez para tomar esa decisión, y cualquier juez debe basarse en denuncias concretas. De las tantas que se mencionan, sólo hay un par y no tardarán éstas en desaparecer. Las cosas volverán a la normalidad y quienes se hicieron ricos con esto tendrán una aureola de santidad. Nuevamente quedará la justicia ciega y muda.