Lo peor de lo peor

Epicentro de Leonardo Schwebel

La influencia de Estados Unidos en el mundo es tal, que todos los habitantes del planeta deberíamos tener derecho a votar por el próximo Presidente.
Pero, desgraciadamente, el ciudadano con capacidad de votar ha demostrado que aún no está preparado para la aventura.
Elegir a Bush es un ejemplo y reelegirlo fue todavía peor. Afortunadamente ya se va.
Obama o McCain no pueden ser –espero- peor que peor que Bush, pero tampoco se vislumbra un cambio.
El joven contra el viejo, el revolucionario contra el tradicional, el técnico contra el rudo, como se quiera ver, ninguno sabe qué demonios hacer con tanto poder.
A Estados Unidos le urge un Presidente que piense como estadounidense, que reactive su economía interna y que haga de ese país un lugar que produzca más de lo que consume.
Para eso los candidatos se han hecho valer con sus estrategias propias de campaña y en debates que han perdido fuerza. Obama ha recurrido a los economistas de Clinton y McCain se vale de la candidata a vicepresidente, la tal Sarah Palin que se ha hecho más famosa por su figura de artista de película porno de cuarta que por sus aportaciones.
Sí, la caballada está demasiado flaca para un país que se da el lujo que jugar con los mercados financieros del planeta.
El imperio gringo está en su punto de engrane: o desaparece o se mantiene, pero ya no igual. Es el fenómeno Brady, el mariscal de campo de los Patriotas de Nueva Inglaterra, que ha ganado varios tres Super Bowl. Lastimado esta temporada, el pronóstico es que regresará a jugar pero ya no será el mejor.
Igual sucederá con Estados Unidos. El problema es que hay dos zonas dispuestas a manejar al mundo.
Asia y la Unión Europea van los pasteles que Estados Unidos ha dejado en el camino.
En el interior de Estados Unidos ese conflicto no parece importar tanto. La sociedad exige su nivel de vida y continuar con el consumismo que los caracteriza. Aprueban las guerras cuando son rápidas y ya cuando se prolongan como la de Irak, pierden interés.
Ya es momento de replantear qué quiere el mundo.
Rusia puede resurgir de sus cenizas y algunos países como China pueden ir devorando todo a su paso.
Y sí aquí, como lo mencionamos en este Blog hay una política mordaza, lo mismo sucede allá.
Hal Turner es un ejemplo. En una historia que me resulta conocida, le quitaron su programa de radio y se ha quedado con su Blog.
En una de sus historias relata algo que no está alejado de la realidad: una moneda común norteamericana. Algo que sustituya al dólar y desaparezca el peso mexicano.
Los datos espantan y más cuando nos damos cuenta que todo suena a una escenografía.
Vea lo que dice Turner y esté listo a que se paren lo pelos por el terror que se avecina:

http://video.google.com/videoplay?docid=1954933468700958565&hl=es

Tal como lo dijimos aquí, viene lo peor y esa misma frase ha sido usada por Hacienda y el Banco de México.
No importa si es Obama o McCain…viene lo peor.