jueves, noviembre 27, 2008

¿Dónde van los chicles?

Epicentro Informativo de Leonardo Schwebel

Por mi casa (la casa de todos ustedes) en Zapopan city, el camión recolector de la basura pasa religiosamente 2 veces a la semana. Digo religiosamente porque hay que estar con el Jesús en la boca para ver sí cumplen. Un día que no llega (porque el camión se decompuso o se enfermó el chofer o les cambiaron la ruta) significa juntar la basura de más días.
Desde hace varios días no pasa la basura, como decimos.
Ni el martes, ni el sábado.
Ya se imaginarán cómo estaban los botes.
En una de esas, esta semana, no llegó el camión, pero sí un papelito, que señala que se recogerá la basura según su tipo: orgánico, inorgánico. El papelito explica con algunos detalles, dónde debe ir cada cosa.
Lo que para unos es muy fácil: orgánico, lo que tiene que ver con restos de comida; lo inorgánico, lo que no es comida, en ese papelito es todo un ritual.
¿Dónde van los chicles? –preguntó mi hija-.
¿Dónde, las colillas de los cigarros que me fumo? –pregúntome yo-
¿Dónde van los restos de la pizza del sábado?, ¿y dónde la caja?.
El hecho es que el de la basura no recoge la basura de antes, por la que no vinieron antes del dichoso papelito de clases de reciclado, a menos que esté separada.
O sea, ¿hay que revolver la basura por la que no pasaron en días y ponerla en su respectivo recipiente? –preguntó mi esposa-.
La respuesta fue un: así nos dijeron.
Y como así les dijeron, así se hace. Punto.
Ni el más mínimo criterio.
Entonces, saca la basura por la que no pasaron y recíclala; y la basura nueva, ponla en su bolsa, con el cuidado que no te equivoques.
Pero como en eso de resolver problemas –que contábamos ayer- no hay nada mejor que a la mexicana, aquí la solución: le damos al de la basura una propinita, que se lleve la basura por la que no pasó -como era su deber-, y nos comprometemos, ahora sí, a ponerla donde debe.
Claro que la condición es que ahora ya no pasarán religiosamente (si Dios quiere) dos veces a la semana, sino diario.
Esperemos hoy que cumplan el acuerdo.
¿Por qué algo tan sencillo como recoger la basura se le complica tanto a quien se encarga de esto? Ahora recuerdo que en Territorio Reportaje, desde el Epicentro del conocimiento, presenté un tema de unos investigadores expertos en lombricultura. Con lombrices el problema de la basura se convierte en algo productivo. Las lombrices se comen la basura, la transforman en humus y ese desecho, es abono. Y lo mejor, esos expertos están aquí en Guadalajara. Vaya a http://www.medios.udg.mx/tvabierta/Territorio_reportaje/index.html
y vea donde dice: lombricultura (14 junio 2008)
Por lo pronto sigo haciéndome la misma pregunta: ¿dónde van los chicles?

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