lunes, diciembre 08, 2008

Caer en la trampa

Epicentro Informativo de Leonardo Schwebel

Durante el IV Encuentro Internacional de Periodistas, hubo una exposición especial sobre el periodismo en tiempos violentos en dos mesas con expertos que moderó el director editorial de Público-Milenio, Luís Miguel González.
Hubo dos términos que merecen un análisis:
Hay un cartel o cártel de crimen organizado, que viene siendo la policía en general; y que los narcos se han convertido en un nuevo poder.
Efectivamente: no hay crimen organizado sin la complicidad directa o indirecta de las corporaciones que supuestamente están para garantizarnos seguridad.
De tan común, ya se perdió la proporción que este año 2008, aún sin terminar, tiene ya más ejecutados que el año pasado. Ya se admiten 7 mil ejecuciones en cifras oficiales en esta guerra.
Los expertos que asistieron a las mesas de análisis, también señalan que la declaratoria de Calderón fue prematura y sin preparación.
La palabra que usé a principio de 2007 en un programa de TV es que era una guerra mediática. Esto fue reconfirmado por los periodistas que han sido parte de este tema durante años.
En otra mesa de discusión, ésta sobre el riesgo en el periodismo, el especialista Benjamín Fernández Bogado, de nacionalidad uruguaya, abordó algo que es todavía más para la reflexión:
Dice que llegamos tanto a acostumbrarnos tanto a las cifras negras, que indirectamente nos vamos inclinando hacia el autoritarismo.
El periodismo en estos casos ha perdido buena parte de la compostura.
O bien –como se dijo- se encarga de dar el marcador de víctimas, o en su caso utiliza términos que condicionan al público a verlo como una farándula.
Es un hecho que en estos tiempos de más violencia, más periodistas asesinados o desaparecidos, son pocos, muy pocos los medios que han accedido a formar reporteros especializados en investigación.
El autoritarismo es una llamada de alerta.
Indirectamente e intencionalmente, el propio gobierno con su propaganda nos inclina a pensar que la mejor solución es matar a los malos.
Las pocas acciones y los pocos frentes ganados en esta guerra, harán pensar que lo ideal no es la libertad sino restringirla.
Libertad para la expresión.
Libertad para circular.
Libertad para reunirse.
Nos aproximamos a un sistema donde prevalecerán los cateos, las incursiones militares, la revisión de bienes, el registro de llamadas por celular.
Como no se ha podido contra los criminales, entonces todos seremos potencialmente sospechosos.
El acercarse a un régimen autoritario, de ultraderecha, será la gran pérdida en esta guerra para nosotros, pero la gran ganancia del gobierno.
Hemos caído en una trampa mediática y es tiempo que nos demos cuenta de ello.

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