sábado, diciembre 27, 2008

Mucho rollo y pocos resultados

Epicentro Informativo de Leonardo Schwebel

Hace muchos muchos años, en el lejano 1975, se llevó a cabo en México el llamado primer congreso internacional por el derecho de las mujeres, organizado por la ONU donde se instauró su día como el 8 de marzo. Si alguien revisa este documento seguramente notará que si bien hay avances, todavía hay mucho que hacer por los derechos de la mujer.
Si bien se llamaba este siglo como el de la mujer, los datos revelan que los índices de violencia son altos.
Según un documento dado a conocer, 3 de cada 10 estudiantes en Jalisco han sufrido de violencia física o emocional durante su noviazgo. Aunque el dato no es nuevo y seguramente es de aquello que se guarda para tener algo en vacaciones, hay otra cifra negra.
Más de 108 mil jóvenes de 12 a 18 años están embarazadas o son madres niñas.
Y entonces es cuando se abre un círculo.
Si una mujer (nos referimos a estudiantes con preparación a nivel medio o superior) permite violencia de su novio, posiblemente se le obligue a tener relaciones y de aquello, queda embarazada.
La gran mayoría queda en el desamparo de sus padres, escuela, amigos y claro, de quien la embaraza.
Si bien hay programas oficiales que tratan este problema, con presupuesto y cobertura municipal, hay más algo que debe hacerse.
No es cuestión de encontrar culpables, ni recetarnos números, sino de enfrentar la verdadera raíz.
No importa quién sea esa mujer o su preparación, en este siglo XXI, cibernético y multimedia, la información no ha sido suficiente.
Basta con revisar estos datos para darnos cuenta que hay más de fondo.
Lo que sucede es que aún se ve a la mujer como un ser inferior y desde ahí parte una larga historia.
No nos confundamos con valores morales o religiones que nos quieren imponer o doctrinas con tintes ultra derechistas.
Esto no es un asunto político. Tampoco es sólo ver a los padres o las escuelas. Hay algo más y eso es que todavía hay en nuestra forma de ser aquello que la mujer sirve al hombre y habría que cambiar muchas cosas.
Poco se ha avanzado desde ese 1975…y así como vamos, no hay de dónde salir.

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