domingo, febrero 15, 2009

Dan el sí a Chávez

Epicentro Informativo de Leonardo Schwebel

Decíamos en la anterior colaboración que una ventaja de la democracia es equivocarse. Y es que muchas veces lo peor que nos toca hacer es decidir. La mayoría de las ocasiones preferimos acatar, hacer, cumplir y ya.
El que no opta, no se equivoca y casi siempre tiene un esquema en el sistema de producción.
Dicho de otra manera, es más fácil ser borrego y seguir la manada. Recuerden que los lobos están en extinción.
Una de las expresiones de la democracia es el ir a votar y aunque en el fondo todos pensamos que los políticos son iguales, ejercemos ese derecho con la esperanza de a ver si ahora sí nos toca algo bueno.
Así un posibilidad es de ir alternando el poder. Nos equivocamos con uno, nos equivocamos con otro y así sucesivamente.
Pero siempre será mejor tener la posibilidad de equivocarse a que nos impongan.
Sin embargo el mundo ha demostrado que a la hora de votar, nos siempre aplicamos la inteligencia.
Hitler llegó al poder con votos. Lo mismo que Bush (y dos veces). Hussein en Irak, también. En México, nos sobran ejemplos.
Venezuela es otro caso. Hugo Chávez, democráticamente, ha sido una vez más electo para continuar su poder, cada vez ilimitado.
Desde lejos, parece ser uno de los absurdos de la democracia.
No hay nadie que no pueda asegurar que los venezolanos quieren que Chávez se perpetúe en el poder.
Con una participación de 7 de cada 10 electores, los que votaron porque Chávez sí se quede fueron el 55 por ciento y los que no, 46. Esto representa una diferencia a favor de Chávez de 8.73 por ciento. Ya quisieran otros mandatarios demócratas contar con esas cifras.
Me tocó conducir para ECO el triunfo de Chávez hace más de diez años. Fue una ceremonia larguísima, anacrónica y con un discurso propio de quien en ese momento traía intenciones claras de quedarse.
Los números del PIB del FMI ubican a Venezuela en el lugar 37 (México aquí va en 15).
La mentada crisis mundial, también ha impactado a Venezuela, sólo que allá Chávez ha pedido austeridad, mientras aquí, Calderón, ya sabe, se confronta con medio mundo y se conforma con enviarnos mensajes de jalar parejo.
Su producción petrolera es mayor que la de México y su gasolina es la más barata del mundo.
Un peso nuestro equivale a 147 bolívares.
En Desarrollo Humano, Venezuela está en el lugar 61 y México en el 51.
Explicar por qué Venezuela dio el sí a Chávez es difícil. Me remonto a esto: “El gobierno bolivariano ha construido y reparado más viviendas y realizado más obras de infraestructura que ninguno de los anteriores. Ha entregado, además, miles de microcréditos a humildes agricultores y pequeños empresarios. Es la negación, en síntesis, de las inhumanas prácticas neoliberales. Compárese este panorama social con el de la mayoría de nuestros países y, en particular, con el de otras naciones petroleras cuyas poblaciones no han recibido ningún beneficio pese al alza de los precios del crudo y se entenderá por qué Chávez se queda...”
Sólo que este argumento es de 2004, en otro de los intentos internacionales por derrocarlo.
Entiendo que nos ganen en Misses y otros asuntos económicos, pero que Chávez prolongue su mandato en Venezuela es otro ejemplo que en eso de la democracia vale equivocarse hasta varias veces.
Sólo que a la hora de comparara, aunque es de m al gusto, muchas tácticas de Chávez se parecen mucho a las que nos pone Calderón con su autoritarismo democrático. Aunque le duela, debe admitir que cada día se parecen más.

2 comentarios:

VEMILIOM dijo...

Muy interesante tu análisis, Leonardo. Lo curioso es que antes de que Chávez apareciera en escena, tal se hubiera dicho que Venezuela era un paraíso; digamos que sí era un paraíso para las élites y las transnacionales y el abasto seguro de petróleo para los EEUU que al amparo de los gobiernos demócrata-cristianos, con personajes como Carlos Andrés Pérez, tenían a Miami como verdadera capital - igual que era para Cuba antes de los barbones - y todos contentos: me llama la atención que intelectuales como Krauze, el grupo PRISA y los entes pensantes del PP español - entre otros muchos - no hubieran advertido que en ese jolgorio venezolano tipo Miami, se estaban gestando condiciones que propiciarían el advenimiento de un personaje como Chávez, que partiendo de capitalizar el descontento de masas depauperadas que lo prefieren a él a seguir viviendo en esa pachanga de típico corte de colonia barata estadounidense. No estoy defendiendo a Chávez, pero a esto es a lo que se arriesgan regímenes latinoamericanos que se entregan en brazos de los capitales y del papel que los EEUU les asignan, dejando de lado el malestar popular. Ojo, porque el arrastre del Peje transita por el mismo sendero, independientemente de la estupidez congénita que parece aquejar al PRD y a los cuales el Peje va a dejar sembrados en el camino.
Emilio Vega Martín.

VEMILIOM dijo...

Comentario no. 2 sobre Venezuela y Chávez: por otra parte, me llama la atención tanto barullo sobre la posibilidad de reelección de Chávez: Como diríamos coloquialmente: ¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? La misma forma de reelección indefinida, es la usual en 17 de los 27 estados de la Unión Europea; así, Felipe González gobernó cosa de 14 años, Helmut Kohl como 16 y nadie se rasgó las vestiduras por ello. Hay que tomar entonces, con mucha precaución, qué se dice y quién lo dice.
Emilio Vega Martín.