Manifestación a favor de manifestarse

Mientras el mundo se preocupa por la crisis y el país se debate en la más extrema violencia, un pobre regidor de Guadalajara se le ocurrió la idea de reglamentar las manifestaciones. Lo peor, que algunos le han hecho eco; todavía peor, que muchos compren su idea.

Fuera de hacerle publicidad a un tema de estos, hay que recordar por qué la gente sale a las calles a manifestarse.

Lo hacen sí, por llamar la atención; pero más que nada, porque alguna autoridad, no pudo resolver con tiempo y forma, algunas de sus peticiones.

Sí, las manifestaciones pueden molestar, alteran la cotidianidad, rompen con el orden y sacan que quicio.

Pero también molesta que quien es responsable de cobrar por ser representante ciudadano, se la pase cómodamente sin hacer nada.

Este regidor es un ejemplo.

Las manifestaciones reglamentadas suenan a farsa y si en otras poblaciones del mundo lo hacen, es porque los niveles de comunicación entre la sociedad y la autoridad, son más eficientes.

Aquí no.

Uno puede pasarse la vida esperando que se resuelva algo y muchos de esos regidores que cobran por cumplir ese mandato, no llenan esas expectativas.

Pero en el fondo de la situación, en el Epicentro de esta realidad, están las claras intenciones de irnos quitando las garantías individuales que gozamos en este país constitucionalmente.

El sólo cumplimiento de las garantías individuales haría innecesario tener comisiones de derechos humanos y reflejan un avance en la democracia.

No en todas las constituciones existen esas garantías; que no respeten o se vele por ellas, es otra cosa.

La Ley de Extinción de Dominio altera muchas de esas garantías y es un ejemplo de cómo poco a poco tratan de eliminarlas para imponer un estado de derecho autoritario y represivo.

Sí, entiendo que muchas manifestaciones no tienen razón de ser o que son oportunistas o que son aprovechadas por grupos que acarrean gente. Pero siempre será mejor una manifestación molesta que una reglamentación perfecta para manifestarse.

Este regidor tiene cola que le pisen por la situación de Colomos, uno de los pulmones que nos quedan en Guadalajara. Así que primero habría que arreglar bien las cosas en casa, para criticar la de junto.

Cuando uno puede manifestarse por algo que le conviene a los políticos pero no por algo que los incomoda, entonces estamos cercanos a esa barbarie legal de cercar lo bueno y lo malo.

Desde luego la oferta puede ser comprable, pero lo barato siempre sale caro.