México en picada

Después de casi dos años y medio, Calderón ya debería de plantear qué hará en el siguiente periodo. Si bien los presidentes en México gobiernan seis años, en realidad lo hacen en cinco, porque el último es el de reacomodos y calificativos en víspera de elecciones.

Hablaríamos así de la primera mitad operativa de su cargo.

Las oleadas de Calderón han sido intensas pero poco efectivas.

"La acentuación de la crisis económica global: situación en impacto en América Latina y el Caribe", presentado por el Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), acentúa que la economía nacional será la peor de América Latina.

El título no es nada honroso y el pronóstico es drástico: las estimaciones de JP Morgan respecto a las "caídas pronunciadas" que se prevén en las economías de México (-4%) , Argentina (-3%) , Brasil (-1.5%) , Chile (-1.5%) y Venezuela (-0.5%).

Entendamos que las bajas de Brasil, Chile y Venezuela juntos son menores que el debacle mexicano.

En Epicentro Informativo la especialista en temas económicos, Claudia Luna Palencia, periodista que vive en España, da cuenta que en ese país la preocupación por México ha aumentado, pero no por la influenza o la seguridad, sino por lo que se califica como la falla mexicana en cuanto a dineros.

Los textos españoles que recupera Claudia Luna Palencia califican de caída libre la situación mexicana.

Pero ya no sólo hablamos de economía, sino del protagonismo mundial. México ha dejado liderazgo en América Latina y ya ni siquiera somos los principales productores y exportadores de telenovelas de la región.

Calderón responde a los indicadores reales con frases célebres de ánimo.

Conforme pasen los días, la influenza pasará a mejor vida mediática y resulta curioso que cuando esto ya agoniza en el interés general y el miedo se transforma en burlas, reaparecen los mensajes de los narcos. O el crimen organizado es muy severo y cuidadoso de su salud, o esta tregua parece una nueva oleada.

Calderón ha tenido un gran error en estos dos años y medio: querer ser popular y no demostrar sus dotes de gobernante. Su liderazgo se ha opacado a cambio de una propaganda que lo ubica como héroe y salvador del mundo.

Al hombre de las manos limpias se le está yendo el país de las manos, y parece que nadie se da cuenta.