Calderón, el evangelizador

Calderón abrió la semana de salud en un evento en Puebla donde repartió vacunas. Hasta ahí todo bien.

Según su discurso, “Vamos a aplicar alrededor de 13 millones de vacunas para completar los esquemas de vacunación en las personas”. Hasta ahí, todo bien.

En ese discurso enfatizó cinco veces el agradecimiento a Operación Bendición: “Y aprovecho, desde luego,  para decir que no sólo con otros Gobiernos, sino también con organizaciones de personas preocupadas por los demás, como es la organización Operación Bendición, Operación Bendición Internacional; y aprovecho para saludar al señor Bill Horan, aquí presente, y agradecerle el mucho apoyo, prácticamente cuatro millones de dosis, tengo entendido, de vacunas que ha donado Operación Bendición para esta Campaña Nacional de Salud, que se van a aplicar”.

Cuatro millones de dosis de 13 millones, es un buen gesto. Hasta ahí, todo bien.

Pero lo que no está bien es lo que representa Operación Bendición.

Operación Bendición cuenta con una infraestructura que le da muchos recursos.

Su página de Internet especifica de qué se trata: “OBI busca ejemplificar la compasión cristiana y la generosidad conforme a las más altas normas de integridad”.

Añade: “Nosotros buscamos coincidir todas las contribuciones de iglesias, ministerios y otras organizaciones de bien social que son parte de nuestra red de ayuda”.

Para que eso sea posible: “OBI está registrado con el Concilio Evangélico por la Responsabilidad Financiera (ECFA), una asociación de más de 790 organizaciones evangélicas, no lucrativas, que obligan a acatar las normas más altas de responsabilidad financiera para el acceso a donadores, gobierno y otras personas interesadas”.

Ya buscándole más, resulta que Operación bendición ha estado cerca de nuestras desgracias. Concretamente en las inundaciones de Tabasco.

Pero también se ha encargado de desparasitar a niños de Honduras. Curiosamente ahí –también- esta acción fue cuestionada por realizarse antes de las elecciones.

Operación Bendición tiene una misión especial: “El trabajo integral, solidario y evangelístico de Operación Bendición, que se realiza durante días en una región del país con la finalidad de bendecirla, surgió del corazón de los pastores Claudio y Betty Freidzon, con la firme convicción de que éste es el tiempo donde Dios está levantando una generación para transformar la sociedad. Una generación de hombres y mujeres dispuestos a sembrar con amor la Palabra de Dios, pero también a brindar ayuda a los que más lo necesitan”.

Hasta donde tengo entendido, vivimos en una república y estos asuntos altruistas son buenos, para felicitarlos, pero detrás de eso hay un mensaje religioso muy claro.

Operación Bendición es una empresa y cuenta con muchas formas de comunicación: canales de TV, Internet, radio, etc.

Cuando un gobierno como el de Calderón que recibe dinero de todos lados hace convenios con este tipo de asociaciones, bien valdría la pena una investigación.

Hacer este tipo de labores antes de las elecciones, es por algo y que se haga con un afán evangelizador, suena al siglo XVI.

Aquí hay algo que huele mal. Muy mal.