El 3 de octubre de 2008 escribí sobre más apertura para el consumo de drogas.
La nota completa está aquí.
Seis y cacho meses después, cuando el país está inmerso en la duda, la incertidumbre, el miedo y la desinformación, los senadores asestan un golpe que sigo sin entender.
Nos podemos drogar más que antes.
Esto, además, en medio de una supuesta guerra contra el narcotráfico, suena incómodo, inoportuno y fuera de contexto.
Para quien consume hasta LSD, el miércoles de plaza que ofrece el gobierno incluye:
Según la nueva disposición, se podrá portar hasta dos gramos de opio, 50 miligramos de heroína, cinco gramos de marihuana, 500 miligramos de cocaína, 0.015 miligramos de LSD y 40 miligramos de metanfetaminas.
Dicho todo en el marco de medio México con cubrebocas y con 30 países con este tal virus, pero sólo en México mueren hay otros asuntos.
Y luego se quejan que pensemos que hay algo más.
Este asunto de consumir más o hasta de legalizar el uso de drogas merece una discusión seria, lo que no podemos asegurar con los legisladores que nos cargamos.
Pero esto es como permitir que alguien secuestre unas horas y se combata al secuestro.
Y lo que preguntamos en su momento, quién se encargará de medir o pesar el uso de drogas.
Como sea, mientras estamos en la psicosis de estornudar, nos salen con esto.
Hay veces que creo que nuestra verdadera enfermedad, nuestra auténtica epidemia, es el virus de la ineficiencia de nuestra gente que tiene el mando.
Por lo pronto tampoco entenderé que me regañen por fumar en un centro comercial pero me dejen echarme un viajecito con LSD.
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